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El cáncer de mama en Colombia está en aumento, con una mortalidad de 2.649 casos cada año, de acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología (INC), que también revela que cada vez aparecen más mujeres afectadas con esta enfermedad con edades entre los 25 y los 30 años. Las tasas de incidencia también van en aumento y se ubican en 8.686 casos, y la prevalencia en cerca de 6 mil mujeres. De ahí la importancia de hacer un mayor énfasis en los programas de prevención como fórmula para una detección más temprana y reducir así la tasa de mortalidad por esta causa.
Con ocasión ayer del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Seno, LA PATRIA presentó un informe especial con el propósito de promover el autoexamen de las mujeres y un seguimiento más cercano a los factores de riesgo, de tal forma que la enfermedad pueda ser detectada en forma temprana. El tamizaje es una manera de identificar presencia de masas, dolor, cambios en el tamaño y en la forma del seno, incluyendo el pezón, y ver si hay relación con un posible cáncer. En este mismo sentido la ocurrencia de cáncer en madres, tías y familiares cercanos es un asunto a tomar en cuenta para estar más prevenidos.
En el caso de Caldas, según el Observatorio Social de la Dirección Territorial de Salud (DTSC), se registraron 100 fallecimientos durante el 2016. En el 2015 las muertes fueron 80, lo que evidencia un incremento de la mortalidad por encima del 20% en un solo año, lo que es bastante preocupante. A ese ritmo en muy pocos años tendríamos unas cifras muy por encima de los promedios mundiales, que contrario a lo que ocurre en el país están más controlados e inclusive en varios países hay reducción en las estadísticas. 
En este mismo sentido resulta muy llamativo que mientras el año pasado se reportaron solo 293 casos nuevos de cáncer de mama, para el 2015 fueron 733, casi el triple, lo que no tiene lógica ni coherencia cuando las muertes van en aumento. Ante esto, la propia DTSC aseguró ayer que las cifras son correctas, pero admitió que puede haber alguna inconsistencia. 
Así las cosas, tal descenso en los casos detectados no sería consecuencia de una menor presencia de la enfermedad, sino de un posible subregistro en los datos aportados desde las EPS, o que cada vez se hace más difícil detectar temprano dicho cáncer, debido a las dilaciones en las consultas médicas y a las restricciones en las pruebas diagnósticas. A eso se suma que una vez diagnosticado el mal a veces fallan los tratamientos, debido a diversas circunstancias. Si eso es cierto, se reconfirma que el sistema de salud está pasando por un momento crítico que requiere cambios inaplazables.
Las políticas de salud en nuestro país requieren allanarle el camino a las pacientes con posibilidad de desarrollar este tipo de cáncer, para que no tengan las trabas que muchas de ellas sufren cuando buscan los servicios en las EPS. Situaciones como las que ocurren en La Dorada (Caldas), según José Norman Salazar, director del Centro Nacional de Derecho Médico, en las que las afiliadas al Régimen Subsidiado tienen que desplazarse hasta Manizales para practicarse una mamografía, es urgente que se remedien.

Actualmente se cuenta con los avances científicos suficientes para que el cáncer no sea sinónimo de muerte, y es una lástima que pese a esta realidad las cifras de mortalidad estén en aumento. En el 2012 la tasa nacional era de 10,58 por cada 100 mil habitantes, según el INC. Actualmente podría estar en ascenso, lo que requiere medidas de choque.