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A buen ritmo avanzan las obras de construcción y mejora de la infraestructura educativa en los distintos municipios de Caldas, donde se invierten cerca de $85 mil millones, con beneficio directo para unos 13 mil 980 estudiantes. Una parte de estos recursos proviene del Fondo de Adaptación, que hasta el momento ha entregado cinco colegios, y uno más estará listo el mes entrante. También hay dineros del Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa (FFIE) y partidas entregadas por la Gobernación de Caldas y por las alcaldías, con lo cual se construyen 27 colegios en el departamento, como el del sector de El Mirador en el corregimiento de Arauca (Palestina), donde incluso el establecimiento tendrá la novedad de una cancha de microfútbol en la terraza.
La idea con estas nuevas infraestructuras es, desde luego, poder cumplir con los planes de ampliar la cobertura, pero sobre todo con impactar de manera positiva en la calidad. Además, que los alumnos tengan acceso a servicios y escenarios para la cultura y el deporte, que fomenten el buen uso del tiempo libre. En lugares como Arauca este enfoque hacia brindar espacios para el entretenimiento y esparcimiento de los niños y jóvenes es estratégico, como herramienta para alejarlos de los caminos fáciles que les propone la delincuencia. Esto, unido a los servicios de transporte y de alimentación escolar, ayuda a que muchos niños que aún no van a las aulas de clase, lo hagan.
La realidad, especialmente en las zonas rurales más alejadas, muchas de las cuales sufrieron los rigores del conflicto armado en las décadas pasadas, es que numerosas escuelas quedaron abandonadas por el riesgo de ser víctimas de las minas, y fueron desmanteladas y abandonadas, o en otros casos los terrenos en los que fueron construidas tenían deficiencias estructurales o se encontraban en zonas con riesgo de desastres que las hicieron inviables. Por esto este plan de inversiones apunta a despertar de nuevo el interés de las familias caldenses para que sus hijos no dejen pasar la oportunidad de educarse, cuyo camino es el acertado para progresar y salir adelante.
De acuerdo con los cronogramas de las distintas obras que se ejecutan, para mediados del año entrante se estarían entregando a las comunidades la mayor parte de los nuevos colegios, en lo que corresponde a sus plantas físicas. Vendrán luego los esfuerzos para dotarlas de mobiliario, laboratorios, bibliotecas, equipos de cómputo y demás herramientas que ayuden a mejorar la calidad educativa, en lo que hay avances innegables, pero no a la velocidad que se necesita para dejar rápido el rezago que hemos padecidos por décadas. 
Por eso, además de las mejoras físicas que, sin duda, son necesarias, es fundamental hacer esfuerzos para trabajar a fondo en las competencias matemáticas, lingüísticas, sociales, científicas y culturales que nos lleven a acortar distancia frente a quienes están a la vanguardia en calidad educativa. De la misma manera, resulta clave avanzar con más fuerza en bilingüismo, en usos de nuevas tecnologías, emprendimientos afines con las actividades económicas propias de cada subregión y, en general, el enfoque hacia conocimientos que hagan que el recurso humano que se forme en Caldas sea cada vez más competitivo y afín con las exigencias de la actualidad.

Esto debería ir de la mano de una distribución mucho más pertinente del cuerpo docente, para que los mejores profesores estén en los lugares donde más se necesitan. Un ejemplo en este sentido, podría ser que se atienda con mayor interés los años iniciales de los niños, ya que en la medida en que desde el preescolar y la primaria de logren llenar los vacíos que infortunadamente hoy tenemos en nuestra educación, los resultados en la básica media y en la educación superior serán cada vez mejores, y con ellos la certeza de lograr profesionales de la más alta calidad que nos conviertan en una sociedad más próspera.