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El papa Francisco, recientemente, en una declaración que despertó gran curiosidad, afirmó que "internet es un don de Dios", que conlleva "una gran responsabilidad". El pontífice, que ha demostrado estar en sintonía con los tiempos de hoy, tiene claro el poder de esta importante herramienta tecnológica para la educación y la comunicación entre los seres humanos, pero también observa el peligro que puede llevar a la alienación y al irrespeto de los otros, si a internet no se le da un manejo adecuado. Hay que lograr, por el contrario, que con su uso contribuya al bienestar, la equidad y el respeto entre todos los seres humanos.
En ese marco resulta interesante reflexionar alrededor de la investigación Riesgos y oportunidades en el uso de internet, realizada por la Universidad Eafit y Tigo-Une, cuyos resultados presentamos el pasado domingo en este diario, y en los que se evidencia que actualmente en Manizales hay un uso bastante alto de internet entre menores de edad. Hay que ser claros para no ser literalmente más papistas que el papa: no es que internet sea perjudicial para los niños y jóvenes, sino que su uso desmedido sí puede desembocar en problemas; lo ideal es que esta importante herramienta sea utilizada siempre con el acompañamiento de adultos responsables, la posibilidad de ser agredidos por las redes es un riesgo constante.
Entre los resultados más llamativos del estudio, que concentró 485 encuestas a menores entre los 9 y 16 años, está que en Manizales el promedio de ellos que usan el celular para acceder a internet es más alto que en la media nacional, y por bastante ventaja (92% frente al 75%), donde Facebook tiene un gran peso. De ahí que en nuestra ciudad sea importante que padres y educadores trabajen de la mano en establecer estrategias orientadas a aprovechar lo mejor de internet y regular en los niños y jóvenes la cantidad de tiempo invertido en esa actividad, los lugares que visita y la actividad en las redes sociales (88% de los encuestados dijeron que las usan).
Un punto destacado, pero no suficiente, es que el 71% de los menores aseguren que sus padres los asesoraron para usar internet en forma segura, por lo que hay todavía una amplia población de niños y jóvenes que están a la deriva en un asunto tan vital. Hay que buscar que los menores crezcan con todas las habilidades posibles para aprovechar al máximo la tecnología, pero también deben saber los riesgos que se corren; por eso, hay que estar atentos a dicho uso y garantizar que el contacto físico con la realidad y con las personas sea el mejor, con una clara regulación para momentos previamente establecidos.
El hecho de que la investigación concluya que el 88% pasa el tiempo jugando en línea tiene que ser analizado a fondo, porque si bien las actividades lúdicas en internet son válidas, lo más importante es disfrutar de los juegos al aire libre; sin ello, en el largo plazo también están los problemas del sedentarismo y otras conductas sociales que no son óptimas. El hecho de que la investigación concluya que los niños y jóvenes pasan cerca de tres horas diarias conectados a internet debería llevar a que cada vez se les brinden muchas más alternativas, y que cuando lo usen lo aprovechen positivamente.

Afín con esta visión parece ser la determinación del Parlamento francés, al aprobar una propuesta del presidente Emmanuel Macron, de prohibir de manera definitiva los teléfonos celulares en las escuelas y colegios. Se busca así acabar con las adicciones a tales aparatos entre los menores de 15 años, sin renunciar al uso de tecnologías en el entorno escolar con fines educativos. Ese sano equilibrio es el que hay que buscar para un desarrollo integral de los niños y jóvenes, en la búsqueda de una sociedad sana y próspera.