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Ahora, más que antes, es necesario que los recursos del Municipio de Manizales rindan al máximo. La tragedia invernal del mes pasado en la que murieron 17 personas en deslizamientos y las continuas lluvias que se han tenido durante este mes y que mantienen la ciudad en Alerta Roja, hacen necesario que el dinero de las arcas municipales sea invertido en asuntos prioritarios que se enfoquen en recuperar las zonas afectadas y prevenir nuevas emergencias. De hecho, el alcalde, José Octavio Cardona, al instalar las sesiones extraordinarias del Concejo, expresó que su plan de inversiones sufriría cambios.
Si bien los cálculos iniciales hablan de necesidades prioritarias de inversión del orden de los $200 mil millones, la Administración Municipal solo ha podido invertir hasta el momento $8 mil millones y está en proceso de tramitar un crédito por $14 mil millones para poder reaccionar ante lo más inmediato, teniendo en cuenta que cada día se presentan nuevos deslizamientos y aparecen riesgos en distintos lugares de la ciudad, debido a las fuertes y constantes lluvias. 
De acuerdo con el mandatario, como aún no llegan los recursos de la Nación que prometió el presidente Juan Manuel Santos para ayudarle a Manizales a su recuperación, la Alcaldía ha tenido que paralizar varios programas y proyectos para usar ese dinero en la atención de la emergencia. También dice que está en riesgo el cumplimiento del Plan de Desarrollo de la ciudad. El desafío para Cardona y su gabinete es seguir trabajando a fondo y con gran eficiencia, de tal manera que la recuperación se convierta en dinamizadora del desarrollo en lugar de ser un lastre. En el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que actualmente se discute en el Concejo también hay que hacer los ajustes necesarios.
Es entendible que obras como el hospital público de mascotas, por ejemplo, se vean ahora aplazables, cuando lo fundamental es atender a quienes podrían ver comprometidas sus vidas y su salud por eventuales emergencias invernales, pero desde la Alcaldía debe seguirse trabajando con toda energía para no solo atender de manera adecuada a esas familias, sino tratar de avanzar en todo lo que se tiene previsto para el bienestar de todos los manizaleños y el progreso de la ciudad. Sobre todo, no parar los programas que resultan estratégicos en materia de educación y competitividad. Habrá que seguir tocando puertas y haciendo gestiones ante diferentes instancias para obtener financiación en dichos temas.
Es fundamental lograr un trabajo bien coordinado con Corpocaldas y el Gobierno Nacional para que se ejecuten las obras de estabilización que se requieren en sectores críticos, y que muy pronto también comience la construcción de las viviendas planteadas para las familias afectadas en la emergencia reciente y para las que se encuentran aún en zonas de alto riesgo de deslizamiento. Los recursos de las regalías y de la sobretasa ambiental deben no solo llegar pronto sino ser aplicados con la transparencia y agilidad que el actual momento de la ciudad exige.

Desde luego que la situación crítica no ha pasado y que los recursos municipales, no solo en dinero sino también en logística y personal, deben estar orientados a la prevención y a reaccionar ante los riesgos que surjan, pero eso tampoco puede llevar a que se evidencie una parálisis en las obras que son clave para mantener a Manizales en crecimiento. Nos unimos al llamado al Gobierno Nacional para que agilice todas las ayudas y movilice los recursos para que se puedan acometer las obras de infraestructura y trasladar a lugares seguros a quienes permanecen en peligro.

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