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El domingo pasado, sin pruebas precisas, el candidato presidencial Gustavo Petro denunció que en la Registraduría Nacional del Estado Civil se estaba cocinando un fraude para las elecciones de este domingo 27 de mayo. Aseguró que el software de esa entidad tenía alteraciones en sus algoritmos que no fueron revisados ni por autoridades colombianas, ni por una comisión de expertos de la Unión Europea que estaba lista para desarrollar ese trabajo desde meses atrás y que luego fue desechada. Agregó que esas mismas alteraciones técnicas llevaron a que el Consejo de Estado le devolviera curules al partido Mira en marzo pasado, luego de comprobarse las fallas en unas 50 mil mesas de votación en el 2014.

Si bien existen elementos para pensar que pueden darse algunas inconsistencias en el proceso, resultan afirmaciones temerarias hablar de una especie de conspiración para generar un fraude en contra de la campaña de Petro. Tampoco es muy sensato llamar a manifestaciones públicas el mismo domingo en las plazas principales de las ciudades colombianas, si los resultados no son favorables a sus aspiraciones de pasar a segunda vuelta presidencial, cuando además este tipo de expresiones están prohibidas por la ley ese día, de manera específica, y sabiendo que en cualquier momento esa clase de movilizaciones pueden salirse de las manos y generar graves problemas de orden público.

Ante las acusaciones de Petro, la Registraduría asegura que tales posibilidades de fraude no son reales y que expertos electorales de la OEA trabajan con la entidad desde el pasado 4 de mayo para hacer un monitoreo del software que se usará para el procesamiento de la información electoral. De acuerdo con el registrador también desde las distintas campañas, la Procuraduría y la Misión de Observación Electoral (MOE), equipos de técnicos han trabajado en varias jornadas para verificar el funcionamiento de los sistemas, por lo que las sospechas de fraude no tienen fundamento. Incluso, el presidente Juan Manuel Santos escribió en Twitter: "La extrema izquierda está como la extrema derecha: inventan fraudes donde no existen. Estas serán las elecciones presidenciales más seguras, más transparentes y con mayores garantías de la historia de Colombia".

Ante estas denuncias, la MOE hizo algunas precisiones, en el sentido de que si bien no se ha realizado una auditoría externa al software, la Registraduría cuenta con los elementos para dar garantías en la jornada democrática del domingo. Que una auditoría ideal y exhaustiva en este sentido tendría que empezar tres meses antes del día de las elecciones, pero que el conocimiento y acompañamiento que se está haciendo del software en esta ocasión es similar a lo que se ha hecho para anteriores procesos electorales. Así, que no habría argumentos suficientes para generar una alarma que podría ser infundada.

 

Ahora bien, es verdad que la Procuraduría General de la Nación pidió hace cerca de un mes al Consejo Nacional Electoral (CNE) que se hiciera una vigilancia preventiva del sistema que se usará para consolidar los datos electorales, y no se hizo. También es cierto que hay problemas con la designación de jurados electorales en algunas regiones, lo que le resta confianza al trabajo de la Registraduría. Por ambas razones, esta semana el CNE envió al registrador un cuestionario en el que pide explicaciones acerca de las actuaciones de la entidad para prevenir irregularidades. Como sea, es fundamental que se garantice una transparencia total en los comicios, y en lo que respecta a los candidatos, se les exige responsabilidad y grandeza a la hora de aceptar los resultados sean o no favorables para ellos.