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Chinchiná cuenta hoy con un Plan de Acción de desarrollo sostenible con visión al 2037, con el desafío de concretarlo en las dos próximas décadas. Gracias al trabajo de dos años de Findeter para hacer un profundo diagnóstico, el Municipio tiene ahora una herramienta técnica y la posibilidad de asegurar un acompañamiento permanente del Gobierno Nacional en el logro de las metas propuestas en el documento, específicamente en los Proyectos Territoriales Integrales. Así quedó claro el pasado viernes, cuando se realizó el foro Desafíos del Paisaje Cultural Cafetero, vocación y retos de Chinchiná para el desarrollo sostenible de la región, que organizaron Findeter, el Ministerio de Hacienda, la Alcaldía de Chinchiná y LA PATRIA.
De la mano de este estudio, hoy está claro que para concretarlo se necesitarán $500 mil millones en los próximos 20 años, con inversiones clave en innovación y agroindustria, con un foco muy fuerte en el café, pero dando cabida a otras cadenas de producción agrícola, todo ello en sano equilibrio con el medioambiente para garantizar el agua potable por mucho tiempo. Para esto las alianzas supramunicipales que pueda alcanzar y la atracción de recursos públicos y privados nacionales e internacionales son vitales, además de impulsar los valores culturales de Chinchiná como parte esencial del Paisaje Cultural Cafetero y ejecutar proyectos de infraestructura urbana que modernicen la ciudad, la proyecten positivamente y la conviertan en parte vital de todo el desarrollo regional en esa zona de Caldas, limítrofe con Risaralda.
Ahora bien, lo fundamental para que los sueños trazados en el papel se conviertan en realidad y se traduzcan en el mediano y largo plazo en bienestar, progreso y calidad de vida para los chinchinenses, es que los ciudadanos de empoderen de ese Plan de Acción y sean exigentes con los dirigentes políticos y quienes lleguen a administrar el Municipio en los próximos años. Si las comunidades se preocupan por conocer a fondo lo que se plantea y se convierten en veedoras de los recursos y de las ejecuciones, en dos décadas Chinchiná podrá ser referente para Colombia y el mundo acerca de cómo es posible lograr el desarrollo local en forma estratégica. Para esto resulta fundamental que en las escuelas y colegios, y en los espacios comunales se desarrolle una intensa tarea de socialización que facilite su apropiación general. 
Los planes de desarrollo de los alcaldes que vengan deberán encuadrarse en los propósitos de este Plan de Acción y trabaja para que inclusive los objetivos planteados se concreten antes de lo previsto. Lo fundamental es aprovechar muy bien lo que hay, que es bastante, pero sobre todo lograr acrecentarlo y convertirlo en herramienta para el desarrollo futuro, con valores agregados. La actual vocación en las tecnologías, la innovación y el conocimiento del café, por ejemplo, debe ser profundizada y acompañada por otros valores clave de la cultura cafetera que podrían generar mayores réditos a todos los habitantes de la región, y trabajar para que las nuevas generaciones se comprometan más con tales objetivos.

Todo está dado para que, de manera juiciosa, Chinchiná establezca lazos estratégicos regionales, nacionales e internacionales que la proyecten, y así contribuya a que todo el Eje Cafetero alcance un desarrollo coherente con tales esfuerzos. La posibilidad de convertirse en ciudad emblemática es posible, pero el trabajo en los próximos años deberá ser arduo para que en realidad se convierta en un lugar con alta calidad de vida, equitativa, con desarrollo humano, y a la vez productiva y competitiva. Hay condiciones naturales y geográficas que lo facilitan, solo falta que la voluntad política y ciudadana se garanticen, que no se pierda el foco de las prioridades. El camino para llegar al éxito está planteado, solo hay que caminarlo.