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Nicolás Maduro y Juan Guaidó se juegan hoy un pulso clave en lo que puede significar un cambio profundo en Venezuela, donde el primero se posesionó nuevamente como presidente en enero pasado, gracias a una maniobra ilegal, y el segundo se proclamó presidente encargado del vecino país, debido a su posición de presidente de la Asamblea Nacional, donde los opositores al régimen chavista tienen mayoría. Desde hace una semana Guaidó anunció que hoy sería la entrada a territorio venezolano de las ayudas humanitarias que se encuentran acumuladas en Cúcuta y en la frontera con Brasil, donde ayer dos indígenas murieron atacados por miembros de la Guardia Nacional que se opusieron a su ingreso.
La primera parte del pulso se jugó ayer en la frontera con Colombia, donde se realizó el concierto Venezuela Aid Live, patrocinado por el magnate británico Richard Branson, con la presentación de 35 artistas internacionales y la presencia de unos 300 mil espectadores. Guaidó fue el gran ganador de la partida, ya que el concierto del lado venezolano del puente de Tienditas, impulsado por Maduro, brilló por la ausencia de artistas de renombre y por estar, prácticamente, sin público. No obstante, la realidad acerca de este forcejeo que involucra en buena medida a la comunidad internacional, la cual en su mayoría apoya a Guaidó, se verá hoy cuando a partir de las 9:00 a.m. se busque el ingreso de las ayudas a territorio venezolano.
Para lograr dicho propósito, se tienen previstos operativos con voluntarios para entrar a Venezuela por los puentes internacionales Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, La Unión y Tienditas, en Norte de Santander. Diputados de la oposición, liderados por Guaidó, acompañarán las caravanas y se busca que los camiones sean recibidos al otro lado de la frontera, para luego avanzar hacia Caracas y otras ciudades, para el respectivo reparto entre la población, que sufre por la escasez de alimentos y medicinas. La idea es que haya un corredor humanitario desarmado, conformado en buena medida por representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA), que avance sin que el ejército venezolano se oponga.
Sin embargo, Maduro dio la orden a los militares de su país de no permitir el ingreso de las ayudas, unas cerca de 600 toneladas de alimentos y medicinas, e inclusive mandó soldar al puente de Tienditas varios contenedores que fueron atravesados en esa vía para evitar la circulación de vehículos. Además, el gobierno de China, aliado del actual régimen, advirtió que el "envío forzado de ayuda humanitaria" podría causar enfrentamientos con graves consecuencias. También Maduro anunció el cierre de la frontera con Colombia desde anoche y aseguró que el presidente colombiano, Iván Duque, sería el responsable de actos de violencia que ocurran en la zona limítrofe entre los dos países. Así que hay demasiada tensión, y las cosas no se ven fáciles.

Esperamos que las Fuerzas Armadas venezolanas tomen consciencia de la imperiosa necesidad de permitir el tránsito de las ayudas y que no propicien enfrentamientos con personas desarmadas que solo impulsan una acción de solidaridad. Ojalá sea el mismo Maduro el que dé la orden de permitir el ingreso de las caravanas sin problemas y, con ello, evidencie un gesto de apertura a un cambio que clama la mayoría de venezolanos. La idea es que, finalmente, acoja el llamado de la Unión Europea para que haya elecciones generales prontas, con todas las garantías democráticas, y cerrar la posibilidad de una intervención militar que es a todas luces inconveniente, sobre todo porque pondría en peligro la estabilidad y la paz en la zona, donde Colombia sufriría duras consecuencias.