La declaratoria de alerta roja en Medellín, por la mala calidad del aire, es apenas un asomo de los problemas a los que nos estamos enfrentando en los tiempos que corren, si continuamos el tren de vida que llevamos sin tomar conciencia de que todas nuestras acciones generan consecuencias para el medio ambiente. El aire nos envenena silenciosamente. Si no se toman las medidas de rigor pronto nos pasará factura cuando haya poco o nada por hacer. Hay que tener en cuenta que mientras la norma colombiana es bastante laxa, pues habla de una concentración de material particulado 2,5 de 25, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud es 10. En cuanto a PM 10, la sugerencia de la entidad internacional es 20, pero Colombia la tiene en 40.
Ha dicho el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, que en su ciudad la norma es más estricta. Creemos que con esto nos advierte sobre la necesidad de que otras ciudades del país atiendan con igual criterio la aplicación. El Ministerio de Ambiente ya ha hablado de la necesidad de volver más estricta la norma, la cual ha sido bastante permisiva con el fin, en su momento, de permitir que se extendiera el consumo de ACPM, que no era de la mejor calidad. Por eso, también le asiste razón al mandatario paisa de que Ecopetrol debe mejorar sus productos.
En Manizales nos creemos el cuento de que tenemos condiciones muy satisfactorias de aire, pero basta ver los indicadores para darnos cuenta que la realidad no es tal. El Informe de Calidad de Vida 2016 de Manizales cómo Vamos, justamente calificó de Baja la calidad ambiental de la ciudad. Esto en parte porque en el 2015 vimos cómo se llegó en las PM 2,5, es decir las más contaminantes y riesgosas para la salud, a 19, casi el doble de la recomendación de la OMS y ya acercándonos peligrosamente al límite de la norma colombiana. De estas ha dicho la OMS que están ligadas a enfermedades respiratorias, cerebrovasculares y a ciertos cánceres.
Como si fuera poco las PM 10 tuvieron un promedio que llegó hasta 40 en el medidor del Liceo Isabel La Católica y en todos los medidores crecimos, mientras la recomendación de OMS es 20, pero Colombia eleva permisivamente el límite a 50. Es hora de ajustarla y obligar a las ciudades a tomar las medidas necesarias, que involucran políticas públicas, por supuesto, pero también mucha toma de conciencia de los ciudadanos.
Lo más grave es que esto nos sigue pareciendo no tan importante. De hecho nos enteramos de que el medidor de las PM 2,5 de Manizales se encuentra averiado desde hace rato y no se ha arreglado. Por esta razón no habría información actualizada sobre cómo se encuentra esa medición. Corpocaldas, que debe velar porque todo mundo cumpla con las normas medioambientales, no puede quedarse de brazos cruzados con sus obligaciones. Es necesario que garantice que está midiendo en tiempo real la calidad del aire y así poder tomar las decisiones necesarias, aunque insistimos en que será mejor comenzar a pensar en campañas de promoción para que todos ayudemos en esta materia y no que tengamos que llegar a alertas como la declarada en Medellín para empezar a tomar conciencia de un problema que está presente silenciosamente.
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