Con foco en las prioridades

Transcurre la primera semana del gobierno del presidente Iván Duque, en el que ha venido cumpliendo con su compromiso de visitar las regiones que hoy por hoy requieren una atención prioritaria del Estado. Es así como, inicialmente, estuvo en San Andrés; luego se desplazó a la zona del Catatumbo (Norte de Santander), y en las horas recientes se enfocó en Tumaco (Nariño). Si bien es muy pronto para predecir que cada una de las determinaciones tomadas en esos lugares entregará resultados positivos hacia el futuro, sí hay que destacar la intención de apresurarse a aportar soluciones para los graves problemas que sufren esas regiones.
En el caso del archipiélago caribeño, el mandatario anunció nuevas medidas de coordinación entre las autoridades de seguridad, para mejorar los procedimientos investigativos contra el crimen organizado que, infortunadamente, ha ido ganando espacio en la isla. Se requieren medidas muy contundentes del Estado en ese bello lugar de Colombia para proteger, entre otras, las actividades turísticas y comerciales que tradicionalmente han sido fortalezas. Igual de importante es que se busque mejorar la atención médica, que por razones de las distancias con el continente y deficiencias de comunicación con Providencia presenta grandes debilidades.
El objetivo de que en los primeros 100 días del gobierno esté controlada la situación en el Catatumbo, en límites con Venezuela, es ambicioso, como debe ser. Ojalá que realmente se fortalezca la capacidad operacional de la Fuerza Pública, y que eso se refleje en la recuperación de la zona por el Estado. Sería frustrante que cumplido ese plazo sigan imponiéndose allí las peligrosas organizaciones criminales que hoy manejan, entre otros, los negocios ilícitos del narcotráfico y el contrabando. Para el logro de ese objetivo es fundamental que no todos los esfuerzos se concentren en asuntos de seguridad, sino más que nada en acciones que favorezcan a las comunidades en sus necesidades básicas, en la infraestructura que ayude a los productores agrícolas y en una política de erradicación de cultivos ilícitos que venga acompañada de opciones reales para los campesinos que hoy viven de esa actividad.
Algo similar se necesita en Tumaco y sus alrededores, por donde se calcula que sale la mayor parte de los embarques de narcóticos que arriban a Centroamérica y Norteamérica por el Océano Pacífico. Allí hay que atacar de frente a las distintas bandas que se disputan los negocios ilícitos que pululan en la región. Los operativos de las Fuerzas Militares deberían llevar muy pronto, por ejemplo, a que la organización liderada por alias Guacho sea desmantelada. Además, en esta zona sí que se requiere con urgencia una atención integral de las comunidades, que sea permanente y que obedezca a un proceso de largo plazo, que la blinde de los apetitos de la delincuencia. En ese sentido surge una gran esperanza en la implementación de lo que el presidente ha llamado mercados emprendedores cívicos, en los que se garantice ingresos mínimos para los cultivadores de productos agrícolas que aporten seguridad alimentaria.

En este último caso, fue importante que la recién concluida administración de Juan Manuel Santos haya convertido a Tumaco en Distrito, lo que ayudará a aprovechar todo su potencial como principal puerto sobre el Pacífico en el sur del país, y que en lugar de ser foco del crimen como hoy, en el futuro sea el epicentro del desarrollo de una amplia región de Colombia. En todos los casos considerados prioritarios por el presidente Duque se necesita el trabajo decidido de las autoridades locales y regionales que ayuden a la coordinación de tareas y a crear sinergias, ya que de otra manera será muy complicado cambiar pronto la historia de esas regiones.