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El Consorcio La Carola JHA, conformado por dos firmas manizaleñas y una de Pereira, será el encargado de construir el intercambiador vial de La Carola, sobre la Avenida Kevin Ángel, correspondiente a la primera fase de la intersección sobre esa vía. Es una importante responsabilidad, ya que esa es la más grande obra pública que se ejecuta en la ciudad con recursos del Municipio de Manizales en varios años, y de su buen trabajo depende que ocurran en esta capital hechos que renueven el optimismo sobre el futuro y que se den impulsos reales de crecimiento y desarrollo.
15 firmas de todo el país, e incluso de España, compitieron en la licitación de casi $25 mil millones, y ocho de ellas estuvieron muy cerca del puntaje máximo del 100%. El precio propuesto de $24 mil 744 millones 916 mil 406 ayudó a que los ingenieros del Eje Cafetero terminaran seleccionados, aunque influyó igualmente el respaldo económico del consorcio, el apoyo a la industria nacional y la calidad de materiales planteados. Es positivo que con esto quede despejada cualquier duda de la ingeniería caldense acerca de que las condiciones planteadas harían imposible que alguien de la región ganara el concurso, como se dijo al principio.
Ahora viene la gran responsabilidad de ser muy rápidos, eficientes y dar garantías de calidad en todo el proceso de construcción. La idea es que en un mes, aproximadamente, estén comenzando las obras en el lugar, y de acuerdo con lo previsto en los cronogramas será necesario cerrar la avenida por cerca de tres meses, lo que va a implicar un reto para la movilidad. Tiene que lograrse una buen operativo, bien coordinado, entre los constructores y las autoridades de tránsito de la ciudad, para que se eviten congestiones y se agilicen los desplazamientos por la zona.
Se ha previsto que las obras tardarán cerca de un año y medio, tiempo en el que se tendrán limitaciones en el tráfico. Por la vecindad de esta intersección con el centro comercial Mall Plaza que se construye actualmente, hay expectativa acerca de la posibilidad de que ambas obras puedan concluir de manera simultánea, de tal manera que los atractivos de los nuevos almacenes y áreas de entretenimiento en la zona no terminen generando un caos vial que haga más compleja la etapa final de los trabajos en las vías. Vendrá luego la segunda fase del proyecto, en la que se contempla un puente desde Bajo Rosales, sobre la cual vale la pena un análisis más documentado sobre su real necesidad. 
Además, es fundamental que la ciudadanía vea pronto que su contribución de Valorización tiene un efecto claro y directo en el desarrollo de la ciudad, y que en verdad sus propiedades en la zona ganarán en precio. Así, aparte de inyectar optimismo a todo Manizales permitirá recuperar la confianza en este mecanismo para el desarrollo de obras públicas que son muy necesarias en distintas zonas de esta capital, pero que muchas veces se quedan en proyectos al no contarse con los recursos suficientes para ejecutarlas.

Con todo lo que ha ocurrido en el ámbito nacional e internacional en torno a la constructora brasileña Odebrecht no sobre advertir acerca de la necesidad de transparencia total y de estándares de alta calidad en la ejecución de esta obra. La ingeniería local tiene la mejor oportunidad de demostrar que está a la altura de las mejores firmas nacionales e internacionales y que, además de generar empleo en la ciudad y lograr que buena parte de los recursos invertidos se irriguen en la economía local, está en posibilidades de crecer y expandirse hacia otros mercados.