¿Apoya que aniversario de Manizales sea una "miniferia", como la actual?

1 Contextualicemos un poco: la ciudad tuvo una gran frustración cuando se venía la celebración del sesquicentenario en 1999. Se estaba haciendo una programación grande, pero en ese momento nos tocó el bache del cambio de la administración de Jorge Enrique Rojas a Carlos Parra, y esa celebración pomposa que se tenía planeada terminó con Jorge Barón en la Plaza de Bolívar. A mí me tocó celebrar los 151 años, con la idea de tener un autorreconocimiento de nuestros valores y en qué estaban involucradas las nuevas generaciones, que estaban en un proceso sinfónico coral que hoy es pionero en Colombia. En lo que se hace hoy se perdió la solemnidad y la trascendencia. Un cumpleaños de una ciudad es muy diferente al de cualquier ser humano, son cosas muy distintas, no se pueden equiparar.

2 Yo no hablaría de dos grandes fiestas, porque son dos momentos diferentes: uno es de regocijo, de carnaval, de todo eso, pero el otro tiene que ser un acto de reflexión sobre ciudad, que no se distraiga con otras cosas. Lo que hay que analizar es en qué momento estamos para poder dar un acto cargado de simbolismos, que nos hagan sentir un orgullo cívico. Eso fue lo que se vivió en el aniversario 151, se despertó un orgullo cívico de una generación con su proceso sinfónico coral, considerábamos que eso no existía o que era un producto para Europa u otro país desarrollado y nos lo dimos nosotros. No puede ser solo un acto de entretenimiento, tiene que ser un acto de reflexión sobre la ciudad y su futuro.

3 Son conceptos diferentes. Usted tiene dos opciones: entretiene o pone a reflexionar, son dos cosas distintas. A lo que se hace ahora se le dio una connotación de entretenimiento y por eso se convirtió en una "miniferia", a lo que se le sumó una programación amplia de entretenimiento, eso es todo.