Estoy seguro de que tanto usted como yo estamos saturados de información, opiniones, noticias y demás acerca de la marcha del 21 de abril. A pesar de que mi mente quería enfocarse en otro tema, mi espíritu político no me permitió pasar por alto este acontecimiento. Independientemente de si usted marchó o no, no podemos negar la magnitud de las marchas. En Colombia, puedo afirmar que esta fue una de las mayores expresiones de descontento contra un gobernante, y en Manizales, superó o estuvo a la par de la marcha contra las Farc. Pero dejemos la discusión sobre si fueron más o menos a otros. Mi objetivo es hablar sobre el propósito de la marcha y la reacción del presidente.
Comenzando por la marcha. Para mí, su objetivo claro fue rechazar la idea del presidente de pasar por encima de las instituciones, negar la democracia, intentar movilizar a las personas a las calles (fallando en el intento) para presionar al Congreso, dividirnos entre buenos y malos y, como colofón, proponer una constituyente para lograr lo que no puede mediante vías democráticas.
Lamentablemente, en lugar de reflexionar sobre estas marchas, el presidente optó por radicalizarse más y estigmatizar a los manifestantes. Utilizó una técnica conocida como “Cherry Picking” en el mundo de la economía, donde solo menciona y publica casos específicos para respaldar su idea de un golpe blando o de que quieren verlo muerto. Estos casos de ninguna manera representan a las miles de personas que marcharon. Si bien se escuchó mucho el lema “fuera Petro” en las marchas, desear que el presidente no complete su mandato iría en contra de lo que buscaba la marcha: proteger la institucionalidad. Gustavo Petro fue elegido democráticamente y debe concluir su periodo presidencial en los más de 2 años que le quedan. Por lo tanto, quisiera concluir que el “fuera Petro” es más un rechazo que un deseo literal.
La reacción del presidente refleja lo que sus electores han criticado en el pasado: estigmatizó a los manifestantes, minimizó las marchas declarándolas débiles y redujo el número de asistentes. No mostró autocrítica, lo que indica que no comprendió la situación. Este Gobierno y sus seguidores han demostrado falta de coherencia entre lo que criticaban en otros gobiernos y lo que hacen ahora.
A este Gobierno le queda más de la mitad del periodo, y espero sinceramente que no repita los errores de gobiernos pasados. Debería escuchar, reflexionar y corregir según las demandas de la ciudadanía. Ojalá sus seguidores también dejen de actuar como focas aplaudiendo y critiquen lo que criticaban en otros gobiernos.
Uno de los puntos fuertes de Petro antes de ser presidente era su apoyo popular y su poder de convocatoria. Desde que asumió el cargo, esto ha disminuido notablemente, incluso con el respaldo económico de la chequera. Se acerca el pulso con la marcha que el presidente convoca para el primero de mayo. Si tiene éxito, ¿qué pasará? ¿Insistirá en su constituyente y en reformas por decreto? Pero, ¿si fracasa? ¿Se dará cuenta de que está en el camino equivocado y cambiará? Señor presidente, aún está a tiempo. Escuche, reflexione y entienda que este no es el rumbo que la mayoría quiere para el país.