¡La espera terminó! Hoy tenemos alcalde, gobernador, concejales, diputados electos, y llega el tiempo de llevar a cabo ese modelo de ciudad y departamento que, lleno de lugares comunes, fue descrito en campañas y programas de gobierno elegidos. Uno de los grandes puntos del debate electoral era la situación de Manizales, el aprovechamiento de una mayoría de la población inconforme con el Gobierno; los ridículos y escándalos de la ciudad (algunos vividos como protagonista); el atraso de las obras y el ambiente colectivo de que la ciudad no estaba bien fue presa fácil para que, por una mayoría aplastante, se votara por la experiencia y por la promesa de un Gobierno en serio.
No podemos olvidar que los actuales gobiernos afrontaron una crisis social y económica sin precedentes que, en buena parte, fue la justificación de los mandatarios actuales para explicar que las obras se frenaron por la pandemia y por eso no las entregan al finalizar su mandato; pero acaso ¿eso implicaba que la economía también lo hiciera? ¿Qué tal que esa fuera la respuesta generalizada de lo que llamamos el sistema económico? ¿Se imaginan en 2023, que esa también fuera la respuesta de nuestros agricultores, empresarios, industriales y demás gremios de la producción ante la necesidad de suplir nuestras necesidades básicas?, ¿Qué le pasó a la ciudad en pandemia?, ¿Realmente, la ciudad sí está en crisis cómo lo han planteado?
Para ello, vamos a analizar cuatro grandes indicadores trazadores de política pública: empleo; actividad económica; pobreza y competitividad: En materia de empleo, recordemos que por efectos de la pandemia pasamos (trimestres abril-junio) de 220 mil empleos en 2019 a 174 mil en 2020, en 2022 alcanzamos nuevamente los 220 mil y hoy estamos por encima de los 224 mil. El PIB municipal
(descontada la inflación) en 2021 es 2% más grande que el de 2019, es decir que en 2021 se recuperó la actividad económica de la ciudad. La pobreza que se incrementó en 12 puntos porcentuales en 2020 regresó en 2022 al 20% de 2019 y, hoy somos de nuevo la ciudad del país con menos pobreza de Colombia. El índice de competitividad de Manizales en 2023 (con datos la mayoría 2022), creció 3% con relación al 2019, recuperando dos posiciones y, hoy es la sexta ciudad más competitiva de Colombia.
A la luz de estos indicadores podemos evidenciar que, contrario a la percepción de la mayoría, la ciudad muestra solidez en su desempeño económico y social, y parece que ha logrado apalancarse sobre fundamentales de crecimiento que no debemos perder de vista. Sostener políticas de largo plazo bajo el liderazgo quijotesco de entidades privadas llenas de amor por la ciudad, la articulación
institucional, el sistema universitario, los ecosistemas empresariales, de emprendimiento y competitivo, hacen que Manizales se destaque a nivel nacional a pesar de quien esté al frente del municipio.
Nuestro nuevo alcalde recibe una ciudad con problemas en la ejecución de obras de diversa magnitud; con algunas dificultades en lo fiscal; con una percepción de una mala gestión del Gobierno, pero con indicadores que envidiaría cualquier mandatario. ¿Mal el Gobierno, pero, bien la ciudad? Seguro que, con la experiencia de Rojas, con un buen gabinete y un control sobre la ejecución, los ciudadanos podrán cambiar su percepción. Lo importante es que comprenda que los fundamentales del desarrollo competitivo de la ciudad están en buenas condiciones, que la ciudad tiene una inercia propia que la hace resiliente, que su reto es ejecutar bien para que el Gobierno y la ciudad estén en mejores condiciones que las actuales, y que, al gobernar en la calle, el problema del barrio, del ciudadano y su percepción, no lo haga perder de impulsar nuestro desarrollo competitivo.
PD: Me uno a las palabras de reconocimiento y admiración por el exdirector Nicolás Restrepo, recuerdo su liderazgo y diálogos profundos sobre la Constitución del Área Metropolitana Centro Sur que tuvimos en 2019, su visión trascendió más allá de consolidar el periódico de casa, a pensar en ciudad y en región.