Manizales es una ciudad pujante, fuerte y resiliente, que se ha caracterizado a través de su historia por ser una ciudad modelo a nivel nacional, líder en los diferentes indicadores sociales y económicos más importantes del país.
Sin embargo, para nadie es un secreto que la ciudad ha perdido algo de ímpetu y liderazgo a raíz de la actual administración, por lo que la ciudadanía pide a gritos que la próxima se encargue de recuperar y superar lo que se ha perdido.
De acuerdo con los diferentes informes y encuestas de percepción ciudadana publicados por Manizales Cómo Vamos, entidad cuyo objetivo es el de realizar seguimiento a los cambios en la calidad de vida de los manizaleños, el próximo mandatario debería enfocarse en cinco retos importantes: igualdad, educación, empleo, infraestructura vial y competitividad.
El primero de los retos mencionados por los ciudadanos, es el de reducir los índices de desigualdad y erradicar la pobreza extrema en la ciudad. Si bien Manizales es la ciudad del país donde más se han reducido los índices generales de pobreza, la pobreza extrema no ha encontrado soluciones significativas desde el 2013, con un aproximado de cuatro mil personas con ingresos insuficientes para suplir sus necesidades diarias. Aquí son pertinentes los esfuerzos de la próxima administración, para generar programas que promuevan la movilidad social en el sector educativo, y una política pública que fomente la inclusión, cuyo foco sea el de generar empleo de calidad y que promueva la inserción de las familias con mayor vulnerabilidad al mercado laboral.
En cuanto a la educación, este reto es de especial importancia, pues es un factor necesario para generar oportunidades y construir capacidades que permitan superar la pobreza. Manizales ha sido considerada por la UNESCO como ciudad del aprendizaje, perteneciendo a una red de cerca de 200 ciudades del mundo, que proporcionan el desarrollo de capacidades para niños y niñas en la educación primaria y secundaria, y jóvenes en la educación superior. Este reconocimiento implica mayores retos en materia educativa, pues obliga a Manizales a mantenerse vigente como una ciudad del aprendizaje, lo que implica seguir avanzando en las estrategias para llegar a este fin.
Por otro lado, el empleo es la principal preocupación de los manizaleños. Si bien Manizales es líder en empleo formal, la ciudad debe trabajar arduamente por generar empleos de calidad que le permitan a la fuerza laboral crecer en mercados más competitivos y de mejor remuneración.
Parte de la clave para seguir promoviendo la generación de empleo en la ciudad, se encuentra en los esfuerzos continuos de una articulación eficiente entre la empresa, la universidad y el sector público, para la creación de programas que deriven en una mayor empleabilidad, esfuerzos que deben ser fortalecidos por la administración entrante.
El cuarto reto corresponde a la movilidad, un aspecto determinante de la calidad de vida de las ciudades. Una movilidad positiva se convierte en un factor diferenciador de competitividad. De acuerdo con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 9, la inversión en infraestructura es un motor clave del crecimiento y del desarrollo económico. A mayor inversión en la malla vial, mayor será su retribución social y económica a la ciudad. Es necesaria la intervención de la nueva administración en este aspecto, pues la actual dejó a la ciudad con vías deterioradas, sin grandes inversiones en infraestructura que proyecten el crecimiento de la ciudad y con una paupérrima planeación en su movilidad con obras, que al contrario de brindar soluciones, hacen más difícil el tránsito por las vías.
Y por último, pero no menos importante, se encuentra el quinto reto estratégico para el desarrollo de cualquier territorio, la competitividad.
Actualmente, Manizales es la ciudad que ocupa el sexto lugar en el Índ ce de Competitividad de Ciudades 2022, retrocediendo tres posiciones en esta medición, pues en la versión del 2020, la ciudad ocupó el tercer lugar. Si bien Manizales es reconocida como ciudad competitiva, debe recuperar las acciones perdidas en esta materia, con aspectos claros a mejorar como la infraestructura y el equipamiento, ubicándose en el puesto número 10 a nivel
nacional en este pilar particular.
El propósito de esta carta dirigida a la próxima administración, es el de recopilar las sensaciones, opiniones y percepciones de la ciudadanía, para
poner a disposición una serie de recomendaciones que se consideran fundamentales para la elaboración del Plan de Desarrollo Municipal para el periodo de gobierno 2024 - 2027. Manizales debe continuar su senda por el camino de la competitividad, generando oportunidades de desarrollo
económico y social para su población. Esperamos la próxima administración adopte políticas públicas que retomen lo olvidado, devolviéndole a Manizales su titulo como ciudad modelo a nivel nacional.