Dedicar tiempo a la meditación es un obsequio providencial y reparador para todo tu ser.
Si creas con práctica asidua el buen hábito de meditar, no es un don de premonición asegurar que vivirás mejor.
Es algo que cualquiera puede comprobar con nitidez, ya que meditar mejora la vida, no es algo inverosímil, es la realidad.
Para algo que parece irreparable, ante algo que te perturba o te hostiga, meditar te regala luz, paz y amor.
Al meditar logras burlar el desaliento, desechas odios cultivados; tu vida no es una maraña y fluyes en amor.
Busca en Youtube meditaciones guiadas y, en lugar de estar amedrentado, avanzarás con un ánimo resuelto.
Deja de lado las excusas o las evasivas y dedica tiempo a meditar en comunión amorosa con Dios que mora en ti.
Al hacerlo enciendes en tu vida lucecitas de esperanza, abandonas el sufrimiento y amas la vida con avidez.
@gonzalogallog