Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com

 

-¿Se puede empujar un río?

Una de las quejas más frecuentes de las personas en consulta, es que se sienten ansiosas y no pueden hacer su vida cotidiana con tranquilidad, queja que también les lleva a buscar ayuda médica, ya que en ocasiones les impide dormir y descansar adecuadamente.

Se puede afirmar que todos los seres humanos vivimos con algunos niveles de ansiedad y que un poco de ella es necesaria para mantenernos vigilantes y en estado de alerta, ante algunos sucesos de la vida. La ansiedad, en ciertas proporciones entonces, nos lleva a ser precavidos y cuidadosos, a tomar distancia, a protegernos cuando tenemos señales de peligro físico y emocional.

No obstante, hay otro tipo de ansiedad que es destructiva e impide asumir los días y las noches con serenidad, más aún, cuando los síntomas son difíciles de afrontar, como la sensación de ahogo, palpitaciones fuertes, nudo en la garganta, respiración entrecortada, aumento de la presión sanguínea, desmayos, náuseas, temblores en algunas partes del cuerpo, sonrojos, escalofríos, en fin, una serie de cambios en el cuerpo que inhiben la aparición de respuestas que ayuden a contener y a regular estos síntomas.

En una sociedad con tantas presiones es fácil sentirse ansioso y la emoción que subyace y se hace más fuerte frente a estos sucesos es el miedo:

- Puede ser miedo al qué dirán, a no ser aceptados por los demás, a no cumplir con las expectativas y propósitos personales, a las situaciones y cambios económicos, a las enfermedades propias o de los seres queridos, etc, a un sinnúmero de preocupaciones que los individuos comienzan a rumiar y a rumiar sin pausa, por horas, días y noches.

De otro lado, algunas personas se angustian por el pasado y pasan mucho de su tiempo en el ayer, en el deseo de haberlo vivido de manera diferente, entre el anhelo y la añoranza y, ante la imposibilidad de transformarlo, su presente se torna triste y agobiante.

Mientras tanto, para otros individuos, es el futuro el que les quita la paz. Sus frases frecuentes se parecen a estas:

- Yo voy a estar mejor, cuando me case, cuando tenga hijos, cuando tenga un trabajo mejor, cuando gane más dinero, cuando el jefe se vaya, cuando alguien me quiera, cuando….y así van pasando la vida, entre ideas irracionales, disparatadas y negativas.

Cuando se vive con altos niveles de ansiedad, uno de los aprendizajes es vivir en el aquí y en el ahora, es aprender que no todo se puede controlar, es aprender a soltar. El afán de tener todo bajo control es una nociva actitud que aumenta más la ansiedad.

Fritz Perls, creador de la Terapia Gestalt, decía: “No empujes el río…que fluye solo”, palabras para leer y reflexionar.

 

* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.

www.fannybernalorozco.com