“Todo lo que empieza como comedia acaba como tragedia”, escribió Roberto Bolaño en su sonado capítulo 23 de ‘Los detectives salvajes’. Es la idea de que lo que empieza de una forma termina de otra, aunque al final es la misma pero ya sin gracia. Es también la idea de que, sea comedia o tragedia, todo tiene una precuela, un antes.

Traído a nuestros días podría uno decir que lo que empieza como Las Marionetas acaba como Las Marionetas 2. Que lo que inició con el liberal Mario Castaño terminó con la estrategia del uribista Ciro Ramírez Cortés —hijo del parapolítico Ciro Ramírez Pinzón— de acrecentar su capital político en Caldas con la misma red criminal. Pero quedan preguntas: ¿Fue en Las Marionetas, investigadas solo desde el 2020, donde empezó todo? ¿No serían la tragedia de una comedia que  venía desde antes?

La Corporación Cívica de Caldas —Corcivicaldas— acaba de publicar junto a La Patria un informe de mucha utilidad para cualquier análisis (https://shorturl.at/szIMN). Nos cuentan allí que Las Marionetas, las primeras, sí pudieron haber sido consecuencia de una “comedia” anterior: las andanzas del senador liberal Mario Castaño entre 2016 y 2019. La verdadera precuela que a la Fiscalía no le pareció tan interesante revisar.

El informe muestra cómo, entre 2016 y 2019, Mario Castaño visitó el Departamento de Prosperidad Social, la entidad de donde salieron parte de los recursos para el escándalo posterior. En el gobierno Duque visitó la oficina de contratación, una visitas que, aclara el informe, no prueban actos de corrupción pero sí dejan pistas a seguir. También hubo visitas del entonces representante Luis Fernando Gómez Betancourt, “Chano”, del Centro Democrático, quien después fue mencionado en Las Marionetas porque habría favorecido el nombramiento del director del SENA en Caldas, a cambio de contratos.

Se habla de las obras que Mario Castaño, el “gestor de las regiones”, como se presentaba, dijo que ayudó a adelantar en ese periodo de 2016 a 2019: cuatro en Pácora, dos en Salamina y seis en Manizales. La constante en ellas fueron las licitaciones de un solo proponente, en las que ganaron los mismos, aún en distintos municipios. Se repiten los nombres de contratistas como John Jairo Giraldo Salazar y Joseba Andoni Quintana Aranaga.

En el caso de las seis obras que anunció en Manizales, en el gobierno de Octavio Cardona, se destaca que en una hizo parte de la interventoría Alexander Patiño, de Incivil Pro SAS, metido después en el escándalo por direccionar contratos. Por otra parte, en al menos dos proyectos, de esos seis, se tuvieron prórrogas y adiciones preocupantes. El colegio la Linda tuvo una prórroga de tiempo de 169% y una adición en dinero del 23%; las remodelaciones del colegio Universitario tuvieron una prórroga del 75% y una adición del 35%.

Desde antes se fue mostrando esta repetición de conductas. Licitaciones de uno, abuso de contratos directos y convenios, prórrogas y adiciones, que sin ser ilegales son siempre riesgosas para que se pasee la corrupción. También desde antes fue quedando en entredicho esa alianza que se consolidó en Caldas, desde 2018, entre el partido Liberal y el Centro Democrático, la misma que se extiende hoy hasta la coalición más amplia —unánime— que tiene el alcalde actual Jorge Eduardo Rojas.

El alcalde Rojas sabe del liberalismo y estuvo cerca. Junto al gobernador Henry Gutiérrez saben que hay actores relacionados al senador Castaño que estuvieron antes y continúan, que siguen cerca de sus administraciones. Rojas sabe que personas mencionadas en esta columna también contrataron en su gobierno anterior, entre 2012 y 2015, y conoce que hasta el periodo de Carlos Mario Marín estuvieron presentes. No pueden ser jueces, como lo dijo el alcalde, pero sí tienen el deber de presentar apuestas anticorrupción serias en sus planes de desarrollo, más allá de la anticuada y revaluada “urna de cristal”.

Si no toman en serio esta historia que se repite, terminaremos como Bolaño finalizaba su capítulo: “Todo lo que empieza como comedia acaba como monólogo cómico, pero ya no nos reímos”

Entre bambalinas: Por transparencia, a las y los lectores se les recuerda que el autor hace parte de la junta directiva de la Corporación Cívica de Caldas. Sin embargo, no participó en la elaboración del informe, el cual fue obra admirable de las últimas dos gerencias de la organización y sus equipos.