Abandonamos el Líbano para dirigirnos a Santa Isabel, el tercer municipio cafetero que visitamos en el norte del Tolima. A pesar de estar relativamente cerca uno del otro, no hay carretera que los una y debimos bajar al Valle del Magdalena para de nuevo subir la Cordillera hasta Santa Isabel. Bajamos, pues, a Armero, donde recordamos la tragedia. Recorrimos el lugar que ahora está cubierto por bastante vegetación enana e incluso por muchos árboles.
Seguimos a Venadillo y en la carretera nos detuvimos en el lugar donde venden “la mejor avena del mundo”,excelente refresco para el calor de la vega del Magdalena. Y de nuevo emprendimos el ascenso a la Cordillera que nos llevó a Santa Isabel. Sus habitantes se llaman santaisabelitas. Recuerdo que estando una vez en Barcelona, España, un amigo preguntó a un residente: “¿Cómo se llaman los habitantes de Barcelona?” Y el interrogado le contestó: “¿Todos? Yo qué voy a saberlo si son dos millones”. Simpático chiste que se puede aplicar a todos los pueblos y ciudades del mundo.
Santa Isabel tiene 6.500 habitantes y se encuentra a 2.250 metros sobre el nivel del mar. Es bueno recordar que la altura de Manizales es de 2.153 metros y la de Bogotá, 2.640. El pueblo fue fundado el 12 de septiembre de 1893 con el nombre de Tolda de María, nombre que fue cambiado después por el de Santa Isabel, reina de Hungría, santa a la que el párroco del pueblo tenía gran devoción. Esta santa también es patrona de la arquidiócesis de Bogotá. Los fundadores de Santa Isabel fueron colonos antioqueños de Marinilla, Sonsón y Abejorral. La región era habitada por los indios pantágoras y fue descubierta para España por Álvaro de Mendoza.
Nos contaron, con gran emoción por parte nuestra y de nuestros informantes, que la arriería, herencia de los mayores, tiene futuro en Santa Isabel, porque la juventud le está metiendo el hombro al oficio, del que nos enorgullecemos los paisas. Nos dieron nombres de varios muchachos comprometidos con el trabajo. Uno de ellos es David Luna, “pelado” de 16 años que salió temprano con un cargamento de café.  Quisimos hablar con él, pero llegamos tarde a la cita, y él, responsable con su deber, ya se había ido. En la plaza de mercado hay un enorme mural que muestra el trabajo del campo y de los arrieros.
Santa Isabel es la despensa agrícola del norte del Tolima. Entre otros productos de la tierra se encuentran la arveja, “la mejor de Colombia”. Se producen 150.000 bultos al año. Otros productos son papa, café, fríjol, cacao, y frutales. Todos estos productos se dan porque el municipio se extiende desde el páramo hasta zonas templadas.
Esta región de la Cordillera Central es de gran belleza. El destino “estrella” de Santa Isabel es “El Mirador de Letras” ubicado a 3.700 metros sobre el nivel del mar. No debe confundirse con el Páramo de Letras que es el paso de la carretera por la Cordillera Central entre Bogotá y Manizales. Subimos al Mirador por una carretera espantosa a la que la alcaldía había llevado los escombros de los cascotes de cemento de la plaza del pueblo que estaban arreglando. Pésima decisión. El ascenso fue un tormento para el vehículo y para nosotros. Desde el Mirador en días despejados se goza del espectáculo de los nevados del Parque Nacional y la vista se explaya por el enorme “hueco” por el que desciende el río Totare, que nace en límites entre Venadillo y Alvarado, arriba de Anzoátegui.