La colonización antioqueña llegó hasta el norte del Tolima y del Valle y su avanzada fueron los arrieros. En este viaje alrededor del nevado del Ruiz visité tres pueblos de típica colonizaciòn cafetera: Murillo, El Líbano y  Santa Isabel. A los colonizadores antioquieños se les unieron después en Murillo boyacenses que llegaron atraídos por la bondad de la tierra y venían a sembrar papa. El frío de los 3.000 metros se patentiza en la ruana que llevan los murillunos. Observando con atención en la plaza del pueblo se ve la sirena que desde la erupción del Ruiz de 1985 se ha instalado para anunciar a los habitantes la evacuación cuando sea necesaria.
La plaza de Murillo es hermosa y el pueblo tiene varios escenarios naturales de gran belleza. El primero es la cascada El Silencio que se  encuentra en las goteras del pueblo. Una larga escalinata lleva a ella partiendo del cementerio.La cascada, de unos 35 metros, se encuentra dentro de un bosque de niebla.El paisaje sobrecoge por la espectacularidad. Nos hablaron de otros paisajes muy bellos a juzgar por las fotos que vimos, ya que no tuvimos tiempo para visitarlos. De los Termales de la Cabaña, en las notas de internet varios de los que los han visitado se quejan de la mala información, de los precios excesivos y del tratamiento de los guías. Preguntamos a algunas personas del pueblo y las opiniones están divididas, pero todos reconocen la belleza del lugar. Los otros paisajes son la Laguna del Corazón y la Cascada de los Siete Colores, que nutre de agua a los termales.Todos estos lugares, excepto la Cascada del Silencio, se encuentran dentro del área del Parque de los Nevados, y muy cerca del Ruiz. En la zona de los Termales y de la Laguna del Corazón nos dicen que a veces aparecen el puma, llamado león de montaña, y los cusumbos.
Continuamos el viaje hacia El Líbano, siempre en descenso. Los paisajes campestres de estas regiones son hermosos. De los 3.000 metros de Murillo descendimos a los 1.665 de Líbano y de entrada vimos que se trata de una región muy cafetera. La ciudad tiene 45.000 habitantes y se encuentra  a 120 kilómetros de Ibagué. Inmediatamente nos dirigimos al hotel La Ranchita, una verdadera joya por la decoración. Hablaremos más tarde del hotel que pertenece a José Luis Mojica, conocido periodista de El Tiempo y a su pareja.
Lo primero que se destaca en el pueblo al mirarlo desde lejos en la carretera es su imponente catedral blanca. Líbano-Honda es  sede de  diócesis; hablando de asuntos religiosos el periodista Mojica fue el primero que dio a conocer la canonización de Santa Laura Montoya en una crónica de El Tiempo titulada: ”Habemus santa”.
Líbano fue fundado por el general Isidro Parra en 1850. La economía del pueblo la mueven la agricultura, la ganadería y el turismo. Y creo que es el primero y único pueblo que yo sepa del que se dice que la economía la mueve también “la producción literaria”. En efecto, Líbano es tierra de escritoress, periodistas, humanistas, académicos, lingüistas y librepensadores. Quizás se deba a que su fundador al venirse del Peñol, Antioquia, trajo consigo un piano, una pequeña imprenta y muchos libros. Caso único que se sepa en la historia de los fundadores de pueblos en Colombia. Líbano es, además, el único pueblo no fundado por españoles.
Isidro Parra era un hombre excepcional, apenas si asitió un año a la escuela y sin embargo aprendió el francés, el alemán, el inglés y el latín y nunca salió de Colombia.