Nuestro país ocupa el segundo lugar en criminalidad en el mundo. El orden de los cuatro países campeones en criminalidad es este: primero Congo, luego Colombia, Myanmar, México y Nigeria. En seguridad Colombia ocupa el puesto 144 entre los 195 países del planeta. La tasa de criminalidad en Colombia es de 72,63%. En Colombia ocurren 900 atracos por día. La Policía reportó 108.000 atracos este año hasta el mes de septiembre. En Bogotá hubo 35.000 y en Cali 5.000. Los atracos más frecuentes ocurren con armas blancas y de fuego y con objetos contundentes.
En este Gobierno “potencia de la vida” han aumentado 11% los homicidios respecto al 2022. La queja más común de los colombianos es la falta de seguridad, y por ello los candidatos a gobernaciones, alcaldías y concejos en esta campaña electoral para los comicios del 29 de octubre la primera promesa que hacen es que terminarán con la inseguridad. ¡Admirables! No saben cuánto les agradecemos. La inseguridad ha aumentado en el país en un 52,9%. A los colombianos nos da miedo salir a la calle y el miedo se traduce en que salimos mucho menos a la calle, verdad de Perogrullo y de miedo.
En los primeros siete meses del año 2023 el hurto a personas aumentó en 29%, con 19.624 casos más que en el mismo período del año 2022. En Colombia, potencia de la vida, los secuestros han aumentado durante este período de Gobierno en un 100%. En Colombia, potencia de la vida, se nombra gestores de paz a los agitadores llamados “de la primera línea” que produjeron tremendos disturbios, dañaron comercios, quemaron buses de transporte público, hirieron a policías, perturbaron la vida normal ciudadana y produjeron enormes pérdidas económicas a la ciudad y a los particulares. Se los nombra y por lo mismo se los premia, incluso a uno de ellos (presunto, como todo en Colombia) lo nombraron viceministro de la juventud. En este país, potencia de la vida no se premia a los buenos, sino a los otros.
Todos los datos que aporto en este artículo los tomo de crónicas judiciales de prensa, como el caso de un ladrón de celulares que ha sido sorprendido 36 veces y otras tantas ha sido liberado, por tratarse de delito menor. ”Bonito así”. Magnífico ejemplo para que él y otros malandrines afines sigan delinquiendo. En este país potencia de la vida hacía mucho tiempo no veíamos carros bomba como los recientes de Timba y Jamundí, con muertos a bordo. En el país de la vida presenciamos hechos que paralizan la respiración y el alma como la calle de honor y la salva de disparos que hicieron en Guachené al paso del féretro de “Gomelo”, jefe de una de las más temidas bandas delincuenciales del pueblo. Estas noticias del país potencia de la vida dan la vuelta al mundo para vergüenza de los colombianos de bien que todavía somos la mayoría.
¿Qué vida vivirán los miles de desplazados de la violencia en el Chocó, en el Cauca, en Nariño y en otros lugares del país? Para ellos la vida es un calvario, una maldición. No es vida ni potencia de nada. Según la CEPAL Colombia es el cuarto país con mayores índices de pobreza extrema. Pero en medio de tantos indicadores de muerte tenemos un consuelo de talla planetaria. En la ONU el presidente proclamó al mundo que somos el país “potencia de la vida”. El 3 de octubre oímos al presidente trinar por televisión contra los asesinos y se olvidó que él y sus compinches guerrilleros también asesinaron a muchos colombianos. ¡Viva la vida!