Con el incremento del 12% en el salario mínimo, decretado por el Gobierno nacional para este año, las mesadas pensionales que están por encima de ese monto se acercan cada vez más a este mínimo, en particular las que corresponden al rango de hasta tres salarios mínimos mensuales, admitiendo que para las demás estará sucediendo lo mismo en los años venideros. Lo anterior considerando que el Decreto 692 de 1994, reglamentario de la Ley 100 de 1993, estableció que solo las mesadas pensionales de un salario mínimo mensual obtendrán el incremento igual al del salario mínimo, mientras que las superiores a este valor solo lo alcanzarán en la suma equivalente al índice de inflación calculada por el DANE para el año inmediatamente anterior.
Esto significa que mientras el salario mínimo de este año sube el 12%, las mesadas pensionales de mayor valor al mínimo tan solo alcanzarán 9,28% que es el correspondiente estimado de inflación. Calculando en términos matemáticos, tomemos el caso de una mesada pensional que el año pasado equivalía a $1.200.000, que tenía una diferencia de $40.000 sobre el salario mínimo del año pasado, que era de $1.160.000, y este año quedó en $1.300.000, la mesada pensional le sube este año a $1.313.600, según el IPC certificado por el DANE que fue del 9,28% o sea que ya la diferencia no será de $40.000, sino de solo $13.600 y seguramente el año entrante estará por debajo del mínimo y sobre este se le seguirá incrementando año a año. El único incentivo que tendrán este año quienes superen el monto de su mesada hasta los tres salarios mínimos será su descuento para aportes de salud que bajará al 10%, sobre el 12% que venían pagando y que correspondía a otra injusticia con quienes dedicaron su vida a trabajar para lograr esta prestación vitalicia y les tocaba pagar la totalidad de tal descuento.
Ojalá todo esto sea considerado en el proyecto de reforma pensional que será uno de los puntos sustanciales del trabajo legislativo del presente año y que pretende eliminar tantos privilegios que en Colombia tienen establecidas las más altas pensiones, con subsidios que impiden eliminar injusticias como la analizada e incluso facilitar una mayor cobertura del sistema con tantos adultos mayores que en su vejez y con sus limitadas condiciones de vida, deben afrontar su subsistencia con duras cargas, incluida la mendicidad y las inclemencias de vivir en condición de calle. Para ellos es más justo destinar recursos que dárselos a quienes teniendo suficiente capacidad para el trabajo honesto se dedican a delinquir y asesinar, supuestamente para que no lo sigan haciendo, de acuerdo con la intención del actual Gobierno. Concluyendo el tema de las mesadas pensionales más bajas, extraña que las asociaciones del ramo que operan en diferentes regiones del país no adelanten una labor más eficiente y efectiva ante los poderes del Estado por estas reivindicaciones sociales en beneficio de quienes hacen parte de estas agremiaciones. Así como realizan algunas actividades de integración y cuentan con sedes propias, sería muy importante que se enfocaran con decisión en esta materia para bien de todos.