Con el afán desmedido de acabar con  las EPS e imponer el ya fallido modelo de una única entidad estatal para que se encargue del manejo exclusivo de la salud en Colombia con la Nueva EPS, el equipo de Gobierno sigue actuando de forma descoordinada a nivel de sus ministerios, planteando las inquietudes que a cada quien se le ocurran, así no correspondan a los temas específicos de su cartera.
Esta percepción quedó reafirmada  en fecha reciente con la fanfarronería del actual ministro de salud, quien en tono irrespetuoso y acalorado como ya es su costumbre, planteó la supuesta posibilidad de una nueva reforma tributaria donde todas las empresas aporten, supuestamente para atender los mayores costos que estaría demandando el sistema de salud en Colombia, lo que luego fue objeto de rechazo en forma burlesca (“Dejémoslo que divague”) por su compañero en la cartera de Hacienda. 
Así, el ministro de marras somete la salud de los colombianos a discusiones que ponen en grave riesgo su estabilidad en detrimento de todos, pese a que la mayoría de la población se ha mostrado en desacuerdo, trayendo a colación la frase de cajón: “Si el negocio es tan malo, por qué no sueltan el negocio”. Lo propio se le podría plantear al Gobierno: “Si el negocio es tan malo, por qué quieren echarse una carga más encima, cuando el sector privado lo ha manejado mucho mejor de lo que lo manejó treinta años el Seguro Social con las correspondientes fallas que tantos perjuicios ocasionaron a los usuarios del servicio, aparte de los graves casos de corrupción que allí se presentaron, dejando el sistema al borde del colapso.
La realidad es que el ministro deja entrever, con su inadecuado comentario, que el negocio para el Gobierno sí es bueno, pues le da la oportunidad de manejar ese jugoso presupuesto, a sabiendas de la voracidad política que lo acecha y de la cual puede sacar jugosas tajadas con el reconocido CVY. Por algo ya procedieron a designar otra ficha de la entera confianza del actual Gobierno como presidente de la Nueva EPS, así no sea la persona más idónea para ello, de acuerdo con su trayectoria profesional. Claro que lo propio ha acontecido en otras instancias, lo cual explica la manera deficiente como avanza la Administración actual y los continuos cambios que le ha correspondido hacer al presidente, quien tampoco escapa a sus propias deficiencias administrativas.
Realmente es difícil que se entienda un equipo de trabajo donde existen graves falencias técnicas. Importante recordar que en 1995 el país salía de la era ISS y a ella nos quieren devolver Petro, cuando solo el 29,2% de los colombianos estaban asegurados, y en 2023 la cobertura en salud llegó al 99%, con fallas sí, pero solucionables, no como para acabar el sistema actual. Al respecto, el Gobierno ni siquiera ha abordado solicitud de las EPS de revisar los sobrecostos que les ha representado el aumento de las necesidades de salud y que ya no les alcanzan según la Contraloría.