Pbro. Rubén Darío García Ramírez

Nos preparamos con mucha alegría para recibir al papa Francisco. Su presencia tiene mucho significado para todos. Se trata de la comunión eclesial, recibir al sucesor de Pedro. ¿En qué consiste el ministerio petrino? Pedro: Primero entre los apóstoles y cabeza visible de toda la Iglesia. Vicario: significa “en lugar de” vicario de Cristo.

Funciones del ministerio petrino:

• Confirmar en la fe: Mt 16,16: “Tú eres el Mesías el Hijo de Dios vivo”
• Confirmar en la caridad: Confirmar en el Amor. 2 Tim 4,7: He combatido el combate (del martirio). Hay que anunciar el Evangelio.
• Confirmar en la unidad: Colegialidad, Diversidad en la unidad
• El Bautismo, puerta de entrada a la vida nueva que Dios nos ofrece por medio de su Hijo (Rom 6,4). Por él se nos da la fe y con ella la vida eterna.
• La fe viene por la predicación en la Iglesia y su cabeza es el Sucesor de los apóstoles (1Co 15,3-4). Pedro confirma la fe de sus hermanos (Lc 22,32) y su conversión es condición indispensable para guiar en la verdad al pueblo de Dios.
• En unidad con el papa, todos juntos debemos dar testimonio de los elementos esenciales de la fe cristiana y católica (Cfr. Porta fidei, 4).
• ¿Para qué nos puede servir la visita del Papa?: seremos confirmados en la fe; recibiremos aliento para fortalecer los valores comunes que poseemos; nos ayudará a encontrar caminos de reconciliación.
• En este momento de nuestra historia nacional, caracterizado por la violencia, la corrupción, la indiferencia, el abandono a Dios, la soberbia del corazón, los problemas sociales la visita del santo Padre es una invitación a despertar, a ponernos el vestido de fiesta como Jerusalén, dejándose quitar el polvo y las cadenas. ¡Recibamos al Mensajero que anuncia la Paz!
• Con la visita del Papa, se nos recuerda la promesa: “No temas, que yo estoy contigo; no te angusties que yo soy tu Dios” (Is 41,10).
• Las cualidades del papa Francisco y su testimonio de humildad y confianza en Dios Padre, serán una atracción para todos, creyentes y no creyentes. Preparémonos para recibir la buena noticia del “Mensajero de la paz”.
• Que esta visita reavive nuestro ardor apostólico y nuestro gozo para anunciar el Evangelio. Es lo que necesita Colombia.

Delegado Arquidiocesano para la Pastoral Vocacional y Movimientos Apostólicos

Isaías 56,1.6-7; Salmo 66; Romanos 11,13-15.29-32; Mateo 15,21-28