Sin duda alguna, la noticia de la captura de Jesús Santrich por un caso de narcotráfico causó un gran impacto en la opinión. Un negociador del proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, que a un poco más de un año de firmado el acuerdo estaba ya involucrado en una operación de tráfico de cocaína no es algo de poca monta. Inmediatamente surgieron todo tipo de interpretaciones de este evento que dependían de los intereses, prejuicios y perspectivas de quienes emitían las opiniones. Se pueden dividir las posiciones en dos: las de quienes con este hecho comprueban que la Farc nunca tuvo una intención sincera de dejar atrás algunas de sus actividades delictivas, principalmente el narcotráfico, y la de aquellos que procuran demostrar que la captura de Santrich y la seria probabilidad que enfrenta de ser extraditado a los Estados Unidos para responder por un delito común es prueba de la seriedad y claridad del acuerdo y de que no se expidió una patente de corso para delinquir o un pase de impunidad.
Luego de la sorpresa, y si indagamos un poco más en lo que fue la guerra, el proceso de paz y lo que ha sucedido luego de la firma del Acuerdo, podemos decantar este acontecimiento y ponerlo en contexto, para concluir que si bien el caso Santrich es desafortunado y justamente produce indignación en la opinión, su ocurrencia era previsible y no representa una ruptura de lo acordado.
La guerrilla de las Farc participó en la cadena del narcotráfico por mucho tiempo. En los años 80 empezaron imponiendo un “impuesto” a los productores por los cultivos y por la salida de la pasta de coca de sus zonas de control. Luego se movieron a otros eslabones superiores del negocio en los cuales obtenían mayores ganancias. El narcotráfico fue durante unos 35 años un componente significativo de los ingresos de las Farc y su volumen le permitió a esta guerrilla crecer y desafiar al Estado, así el proyecto comunista internacional ya estuviera enterrado. Como evento paralelo, era de esperar que mandos de la guerrilla se fueran ‘traquetizando’, principalmente mandos medios, quienes hoy comandan las disidencias. Que aquellos que han conducido políticamente a las Farc participaran de una u otra manera de los negocios del narcotráfico no tiene porque, al final del día, causarnos sorpresa. ¿Cuántos con el objetivo de lograr el dinero necesario para sostener la lucha armada? ¿Cuántos con un ánimo de lucro personal y codicia? Es difícil saber a ciencia cierta porcentajes o números. Pero sin duda, el narcotráfico fue parte fundamental de la financiación de su guerra contra el Estado, y también sirvió para hacer algunas fortunas personales.
La opinión de los más duros opositores a lo que fue el proceso de paz y el Acuerdo, en el sentido de que las Farc era el cartel de narcotráfico más grande del mundo, si bien temeraria y carente de sustento en la realidad, ha podido tener asidero en millones de personas con la ayuda de las mismas Farc, pues estas sostuvieron por mucho tiempo, incluso en tiempos recientes, que no tenían nada que ver con el negocio y que sus ingresos venían de donaciones y del trabajo de guerrilleros y campesinos que aportaban el plátano y la gallina para el sancocho. Una mentira cínica que pavimentó la acusación sin matices.
El simple y viejo refrán de que ‘el que entre la miel anda algo se le pega’ resume toda la situación. De comprobarse judicialmente la responsabilidad de Santrich y de otros miembros de la Farc en narcotráfico después del 1 de diciembre de 2016 o antes de esta fecha con evidente ánimo de lucro personal, implicará que deben responder ante la justicia ordinaria, la cual tiene castigos más severos que la Jurisdicción Especial para la Paz.
La conclusión final de todo esto es que el caso Santrich es una lógica consecuencia del Acuerdo de Paz, el que sin duda es lo mejor que nos pudo haber pasado como sociedad.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015