Si Manizales se hubiera quemado en los años 30 en vez de los 20 el estilo arquitectónico con el cual se hubiera reconstruido la ciudad no hubiera sido republicano sino el Arte Decó, ya que el Art Decó era el imperante en esa década del siglo XX. De esta forma Manizales fue la última ciudad, tal vez en el mundo, que aplicó el estilo republicano, estilo que tiene una bellísima característica: la cuidadosa decoración de las fachadas.
¿De dónde viene esa idea de decorar las fachadas? Pregunta que una sociedad que ha redescubierto el gusto por los tatuajes, al parecer no se ha hecho. El paso del tiempo desdibuja muchas costumbres y deja que sean reinterpretadas por generaciones muy posteriores que llegan a conclusiones que poco tienen que ver con el original. Es oficio de los historiadores desandar ese camino y recapitular las diferentes etapas de esas evoluciones.
Cuando en 1489 se descubrieron los frescos decorativos de la Casa Dorada de Nerón en Roma, todo el mundo voló a analizar esas obras que tuvieron un impacto definitivo en la concepción del arte que descubría el mundo romano y griego. ¡Surgió todo un renacimiento! Para Roma el arte plástico estaba enmarcado dentro de diseños florales que a la vez estaban en función de la arquitectura. Pero fue con el descubrimiento de Pompeya en 1748, ciudad romana sepultada bajo las cenizas del Vesubio, que surgió una nueva impronta. Este descubrimiento permitió, a lo largo de casi 50 años, mostrar ante el atónito público europeo, la pintura arquitectónica romana que tuvo entonces una gran influencia en los estilos arquitectónicos barroco y neoclásico. Estos estilos retomaron la decoración romana, que en el fondo es de origen griego, sin hacer mayores preguntas. Veían en las guirnaldas, hojas de acanto y volutas, algo bello y noble, digno de retomar ya que para ellos representaba la cultura romana. Descontextualizado este lenguaje artístico conquistó el mundo. 
El edificio que ostenta de manera más bella la decoración arquitectónica en Manizales es la Gobernación de Caldas, el cual a su vez es una réplica del edificio de la Rectoría de la Universidad de Alcalá de Henares, en España, y está adscrito a la escuela barroca española. 
Para entender esa abrumadora cantidad de apliques en las paredes y techos de la Gobernación se deben mirar unas láminas de las ruinas de Pompeya, especialmente las que muestren la Casa de los Vetios, el Cuarto de Ixión donde se puede observar el original de todos estos diseños y entender la función que cumplían con los cuadros allí plasmados. Queda claro que el cuarto adquiere más tamaño y pone a disposición del habitante el contacto con la naturaleza, ya que la decoración se desarrolla a partir de hojas, ramas o flores. La estrechez del espacio limitado por paredes pesaba sobre el hombre del Mediterráneo, y lo indujo a superarla pintando lo que extrañaba. Así como los pintores de las cuevas de Altamira querían captar la suerte en la cacería pintando bisontes, la cultura mediterránea aplicó color y formas a sus habitaciones compartiendo con la naturaleza su espacio. Otra función que cumplían estas composiciones artísticas fue de carácter esotérico protegiendo al habitante del mal de ojo y la mala suerte. Ahora, la versión pompeyana es la versión pobre porque esa decoración debería ser un trabajo de estuco y no de pincel, pero el efecto es el mismo.
Los trabajos de decoración en estuco de la Gobernación los hizo Belisario Rodríguez, una personalidad digna de la pluma de Vargas Vila, porque en ella se borran las fronteras entre el arte y la destrucción, entre lo sublime y la frustración. Sería lógico poner sobre la placa que existe a la entrada de la Gobernación y que honra la memoria del arquitecto norteamericano que solo adaptó los planos españoles a las posibilidades manizaleñas, una segunda que honre la memoria de Belisario Rodríguez.
La próxima visita a la Gobernación se debe hacer con una buen importe de fantasía para poder ver los cuadros alegóricos a la mitología romana y volver a armar ese todo que se fue diluyendo con el paso de los siglos. Es la Gobernación una de las edificaciones más destacadas de la ciudad y a pesar de no tener 100 años, goza de la fisonomía más antigua, recordándonos que Grecia, Roma y España son parte importante de nuestros orígenes, y nuestra concepción del arte no dista tanto de la de ellos.