El balance del gran evento manizalita fue bueno. Las expectativas y planes de la Administración, del público y la mayoría de los empresarios se cumplieron. Las discrepancias que surgieron, creo yo, son susceptibles de conciliar. Admiro el abnegado empeño de los funcionarios del Instituto de Cultura y Turismo, pues sin el esfuerzo de todos ellos la ciudad no podría gozar de una fiesta de esta envergadura. Este balance positivo y la curiosa certeza que brinda ese eslogan que Manizales es el mejor vividero, o sea no hay necesidad de esforzarse porque ya lo logramos todo, causarán rechazo a lo que, a continuación expondré: La Feria de Manizales es un patrimonio amenazado.
No sé cuántos años tardará, no creo que 5, y los toros desaparecerán. Son los toros uno de los ejes centrales de este regocijo colectivo que atrae alrededor de 1,5 millones de visitantes durante esa muy ajetreada semana. La tendencia mundial es esa y es poca libertad la que nos queda a los manizaleños para continuar con la fiesta brava. Es una realidad que se debe tener en cuenta, ya sea que se deploren las corridas o se asista asiduamente a ellas. Sin toros, el útil diseño que hombres visionarios le dieron a nuestra Feria hace casi un siglo, pierde vigencia y amenaza arrasar detrás de sí lo consolidado por años. Si los toros no son reemplazados por otro gran evento, nuestra Feria, la Feria de Manizales, se convierte en una magnífica bebeta donde los elementos civilizatorios son disueltos en alcohol, dejándonos solo un guayabo negro. Sería imperdonable que el balance final de una Feria sean las cifras de botellas de aguardiente y litros de cerveza vendidos.
Otro de los ejes de la Feria, digo esto por la cantidad de público que atraen, son los desfiles por la ciudad. Estos desfiles viven de las reinas y creo aquí ver un flanco que se debe reforzar y cuidar. El Reinado Internacional del Café pasa por un mal momento. Denoto cansancio y carencia de creatividad en sus diseñadores. Sustento esta apreciación, no en lo que viví la semana pasada como traductor en el reinado, sino en esta simple apreciación: En una sociedad de consumo como la que vivimos, donde todo gira alrededor de la publicidad, y la mujer es uno de los “objetos” más emblemáticos, que este reinado no tenga patrocinadores comerciales. El reinado lo pagamos con nuestros impuestos y con la concurrencia de nuestra licorera. Ningún empresario de modas, o de cosméticos se interesa en pautar y usar estas beldades internacionales para publicitar sus productos. Es extraño. ¿Cuántas revistas de bisutería, perfumes y ropa no circulan en la ciudad? Me pregunto: ¿Ninguna de estas empresas quisiera hacer sociedad con el Municipio para aprovechar la oportunidad y darle más y mejor salida a su mercancía? La respuesta es sencilla: El nivel de este evento no es lo suficientemente alto para interesar a un patrocinador de verdad. Ellos sí están interesados, pero el diseño pobre no les llama la atención. Glamour, fama, lujo, exuberancia o categoría son ítems de los cuales carece nuestro certamen. Hay un error estructural en el reinado que hacemos en Manizales y ese debe ser corregido cuanto antes.
La ciudad debería concentrarse en posicionar de nuevo este emblemático reinado demostrando que sí podemos y que sí somos capaces de hacer cambios y de mejorar, y así estar listos para el gran reto de poder prescindir de los toros sin mayores contratiempos. Que la desaparición de la Feria y su reinado no engrosen la lista de lo que tuvimos aumentando los monumentos que testimonian nuestra decadencia.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015