En agosto 2 de 2017, el Concejo Municipal de la ciudad adoptó un nuevo POT Plan de Ordenamiento Territorial para la ciudad. En este POT se definió la visión de la ciudad como “Manizales, al año 2032, será posicionada como la ciudad con mejor calidad de vida en Colombia, un territorio de paz y cultura donde se garantizará el respeto por el paisaje, el patrimonio y los recursos naturales; Capital Universitaria del conocimiento, el emprendimiento y la innovación del país”.
La visión es una aspiración y se expresa en forma explícita para que sirva como guía a todos los planes, programas y proyectos de la administración municipal.
Recientemente, al Concejo Municipal le correspondía analizar la continuidad del cobro de la estampilla Pro Universidad, la cual se estableció en el 2012 para fortalecer las universidades públicas que operan en Manizales: la de Caldas y la Nacional. Con mucha sorpresa, la Comisión Financiera del Concejo negó esa posibilidad. El concejal ponente manifestó que “…el proyecto se archiva por inconveniencia social, económica y administrativa para el municipio y sus entidades descentralizadas…”.
En la discusión no se cuestionó ni la idoneidad de las universidades como entes ejecutores de estos recursos, ni la calidad o pertinencia de las inversiones realizadas, ni tampoco se expresaron ningunas reservas en cuanto a la pulcritud en el uso de esos recursos.
Es importante recordarle al Concejo que, en esta ciudad, las universidades son un factor diferenciador de competitividad y dinamización de la economía sinigual. Recientemente el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario publicaron el Índice de Competitividad de Ciudades 2018. Si se analiza con detenimiento, Manizales ocupa un tercer lugar en el país, después de Bogotá y Medellín, y por encima de ciudades como Cali, Barranquilla y Bucaramanga. La variable o pilar en el que realmente nos destacamos es el de Educación Superior y Capacitación en el cual ocupamos el puesto 2 después de Bogotá. En otras palabras, ese maravilloso tercer puesto se lo debemos en buena medida a nuestro sistema universitario.
Adicionalmente las universidades de la ciudad acogen a más de 36.500 estudiantes de los cuales el 41,1% (15,000) son de fuera de Manizales. Las universidades no solo forman estudiantes y crean conocimiento, sino que generan empleo de calidad (más de 3.750 empleos), inversión y gasto, tanto ellas como sus estudiantes, dinamizando enormemente la economía de la ciudad.
¿Y entonces por qué el Concejo negó la prórroga de la estampilla? ¿De dónde sale el argumento sobre la inconveniencia social, económica y administrativa para el municipio? ¿no va esto en contra de la Visión que ellos mismos aprobaron hace unos pocos meses?
La verdad me parece una injusticia con las universidades públicas de la ciudad y una desalineación total con la Visión de ciudad.
Invito amablemente al Concejo, a que sea consecuente con el desarrollo de la ciudad basado en el conocimiento, que ellos han liderado desde hace muchos años. Propongo apoyar decididamente las universidades no solo con la extensión del cobro de la estampilla por otros 20 años, sino además exonerar las universidades públicas y privadas del pago de tributos como industria y comercio y predial. Pueden estar seguros de que mientras mejor les vaya a las universidades, mejor nos va a todos los manizaleños.
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