Si De la Calle y Fajardo tienen problemas de chequera, invito a los tintos (he dicho tinto, no desayuno, almuerzo, ni comida con trago y viejas). Por la coalición sacrifico mi corrientazo meridiano.
Pueden invitar a Vargas Lleras, así tiemble “mi flaca bolsa de irónica aritmética”. Sin guardaespaldas, para ahorrarnos coscorrones.
Si no hay coalición, Duque Márquez, el “mozalbete inteligentón”, puede arrasar en la primera vuelta. Y tendremos los zapatos crocs del expresidente y senador Uribe respirándole en la nuca para que le cuide los huevitos.
Claro que tampoco hay que asilarse en Siberia si Duque gana: si en ocho años de Uribe y ocho de Santos no acabaron con el país, en una administración de Duque, tampoco será posible. A este país bello e insólito no lo acabamos entre todos. Estamos blindados contra nosotros mismos.
Mejor si la coalición es alrededor de De la Calle, el único de los cinco invitados que no pudo asistir al debate en Teleantioquia. Los asistentes sacaron cinco en urbanidad y recitaron bien sus libretos.
De la Calle sabe dónde ponen las garzas. No sólo las de la paz. Y está quemando los últimos cartuchos. El hijo de doña Mara puede esperar.
Hay buenas coincidencias para la coalición. Ninguno se daría en la jeta con nadie ni practica la dialéctica del coscorrón.
Son “pazólogos” consumados y eso vale oro.
No votaría por Petro porque no aguantaría cuatro años la pinta de un presidente que parece vestido en el sanandresito bogotano. O en El Hueco paisa.
Como el mismo día votamos por primera dama, con la mujer de Fajardo Colombia tendría siquiatra propio. La doctora Lucrecia acostaría gratis al país en el sofá. Doña Rosalba, mujer de De la Calle, aportaría el talento y el talante de su experiencia.
A lo mejor es el tiempo de ateos como De la Calle. Los creyentes no dieron un brinco. Además, el país debe indemnizarlo por haberse aguantado la prosa y el pachulí de “lafar”.
Ambos tienen ganas. Dosificadas, las de De la Calle. Desmedidas, las de Fajardo. Está tan seguro del triunfo que ya tiene listas las estampillas y bluyín nuevo para la posesión.
Si De la Calle no gana, sus lectores recuperamos un certero columnista y los nadaístas un autor de versos para el olvido.
No es por ahorrarme la cuenta de los tintos pero el asunto podría definirse al carisellazo. Presto la moneda. “Si cae por el lado de la soledad”, como en la canción de Calamaro, nos podríamos ir con Vargas Lleras. Así su tío cascarrabias, Carlos Lleras, diga perversamente que el problema de Germán es que es Vargas, pero se cree Lleras.
Además, tendríamos a doña Luz María, bella y talentosa pereirana en Palacio como primera mujer. Aprovechen mis ideas que “nadie es eterno en el mundo”.
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