Aunque estamos todavía a un trimestre del arribo de la Navidad, no nos aguantamos las ganas de hacerle eco a esta sabrosa historia decembrina, porque como decían nuestras abuelas, “el que guarda comida, guarda pesares”.
El texto es de la autoría del señor Javier Tamayo Jaramillo, columnista de la hermosa revista musical “La Vitrola”, que edita en su Envigado señorial su fundador y director Jorge Humberto Restrepo Gallego. Sin más preámbulos, vamos a lo que vinimos:
“Al fin supimos qué es Tutaina: ¿Quién de nosotros no ha escuchado y cantado el hermoso villancico Tutaina? ¿Y quién no ha preguntado qué significa esta palabra?
Nadie ha dado razón al respecto. Hemos repasado todos los diccionarios. Buscamos en Internet. Hemos investigado en otras regiones. Abrimos libros sobre música, etcétera, pero ha sido imposible encontrar su origen.
Además, no es clara su nacionalidad, ni sabemos nombres de compositores de música y letra del villancico.
Su mayor éxito fue grabado en el sello Sonolux que tuvo como solista a Saida Ochoa y el respaldo del Coro del Instituto Venezolano de Ciegos, a mediados del siglo XX.
Viniendo de Buenos Aires, el avión hizo escala en Lima, Perú, donde dos señoras maduras ocuparon sus puestos al lado mío y entre sus cotorreos la una le preguntó a la otra:
Oíste, querida: ¿en qué paró el cumpleaños de Teresita?, a lo que la interlocutora respondió:
Cállese, mija. Hasta las cinco de la mañana duró la Tutaina.
Sin pensarlo dos veces, le dije:
Señora, perdóneme, pero yo necesito saber qué es Tutaina. La señora, con mucha cordialidad, me respondió:
Tutaina para nosotros es una pequeña fiesta familiar.
¿Esta palabra es común en el Perú?, pregunté a la contertulia y ella me contestó:
Se usa mucho dentro del pueblo.
Como cosa extraña, las viajeras no conocían el villancico del cual me valí para hacerles la pregunta.
Entendí que nuestra Tutaina es una pequeña fiesta familiar navideña equivalente a la novena del niño Dios, en la que cantamos con amor y alegría porque acaba de llegar de los cielos el Mesías”. (Muchísimas gracias por el aporte, don Jairo).
Va la letra de la composición de autor anónimo:
Tutaina tuturumá/ tutaina tuturumaina/ tutaina tuturumá/ tutaina tuturumaina.
Los pastores de Belén/ vienen a adorar el niño/ la Virgen y San José/los reciben con cariño.
(Se repite completo el primer estribillo)
Tres reyes vienen también/ con incienso, mirra y oro/ a ofrecer al niño Dios su bien/ como el más grande tesoro.
(Para finalizar, vuelve y juega la primera línea de entrada).
El turno es ahora para el crítico gramatical Efraim Osorio López:
“Muy queridos periodistas: Quiero meter mis dos pesitos en el coloquio sobre la palabra Tutaina. La anécdota peruana es creíble. Habría que consultar un diccionario de peruanismos. Me gusta más, sin embargo, la otra opinión, la de quien dijo que eso no era más que una palabra para darle ritmo al villancico, como el otro, el que empieza 'Anton...'. Y le agrego: cualquier día, mientras desayunaba, el compositor de esa pieza musical oyó a uno de sus 'locos bajitos', refiriéndose a la dulzaina, pronunciarla tutaina. Y se dijo: Aquí que no peco. Y 'ai' mismo se levantó a escribir los primeros acordes del Villancico. ¿Por qué no”?
La apostilla: Corre por cuenta de Don Google, que procura sabérselas todas: ¿”Qué significa tutaina tuturumaima tutaina tuturumá? La respuesta la aporta un navegante no identificado: Pues infortunadamente lamento informarles que significa lo mismo que Antón Tiruriruriru y que papa papa pa papa papa pa pa. Es decir son solo marcaciones rítmicas, como un "güepa"…
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