Un turista desinformado que suba a Chipre, visite el Monumento a los Colonizadores y escuche las historias de aquellos arrieros que se abrieron paso entre las montañas para fundar nuevas poblaciones, puede llegar a pensar que trochas y caminos de herradura son cosas que pertenecen al siglo XIX. Quienes por cuenta de las obras “Pacífico III” buscan esquivar las interrupciones tomando la vía que de Manizales lleva a La Pintada a través del norte de Caldas, se encuentran con la sorpresa de tener que transitar por trochas y caminos que los hacen sentir ante un panorama, sin duda, muy similar al que encontraron esos colonizadores a los que la obra de Luis Guillermo Vallejo rinde homenaje. Los veintidós kilómetros sin pavimentar que hay entre Salamina y Pácora y los otros veinte, en iguales condiciones, entre Arma y La Pintada, son un indicador elocuente de la desidia y la corrupción de quienes han administrado la cosa pública en el departamento. La situación de esa vía no se compadece ni con la importancia histórica de la región ni con el potencial turístico, comercial y agropecuario de los municipios del norte de Caldas. Las cosas no son mucho mejores en el oriente y occidente caldenses.
Caldas no ha mejorado su posición relativa en el país en términos de ingreso por habitante. En el año 2000 ocupaba el puesto 17 entre 33 entidades (32 departamentos más Bogotá). En 2016 ocupó el mismo puesto. Mientras el ingreso promedio mensual en Caldas es de $1.094.675, en Bogotá es de $2.315.747. Por supuesto, son muchos los caldenses (y también los bogotanos) cuyos ingresos son inferiores a esas cifras. A mayor desigualdad, más mentirosa será la cifra promedio. La desigualdad en Caldas es alta y el departamento tampoco ha mejorado su posición relativa entre los departamentos del país en este aspecto. De hecho, esa posición ha empeorado. En 2002 Caldas ocupaba el puesto 16 -entre 24 departamentos incluyendo a Bogotá- al ordenar los departamentos de mayor a menor grado de desigualdad por ingresos, medido por el coeficiente de Gini. En 2016 ocupó el sexto lugar. Mientras el coeficiente de Gini en los departamentos de Risaralda (puesto 24) y Atlántico (puesto 24) fue de 0,435 y 0,432 respectivamente (el indicador oscila entre 0 que corresponde a igualdad perfecta y 1 que corresponde a la máxima desigualdad), en Caldas llegó a 0,510, apenas levemente inferior al de Colombia (0,517), que como bien sabemos, es uno de los países más desiguales de América Latina y del mundo. 
La incidencia de la pobreza monetaria ha venido disminuyendo continuamente en el departamento: De 46,1% en 2002 a 27,6% en 2016. Sin embargo, la pobreza monetaria extrema aumentó de 6,6% en 2015 a 7,2% en 2016. Esto alimenta cierto escepticismo sobre la continuidad de la reducción general de la pobreza por ingresos en el departamento sobre todo si se tiene en cuenta que el panorama laboral no parece ser el mejor. En efecto, la tasa de desempleo departamental aumentó de 8,4% a 9,3% entre 2015 y 2016. Lo grave es que ese aumento del desempleo no se produjo por un incremento de la oferta (de hecho, la tasa global de participación disminuyó en 2016), sino porque cayó la demanda: la tasa de ocupación pasó de 51,9% a 50,6% en ese mismo período. Hay que estar pendientes de las cifras del DANE para el año que termina.
Los buenos -aunque no necesariamente sostenibles- indicadores de Manizales, eclipsan muchas veces las difíciles realidades de nuestro departamento. La desigualdad territorial y la segregación socio-espacial son otras de las características que es necesario modificar en Caldas. El nuestro es un departamento complejo con municipios segregados como Samaná, Marmato o Norcasia y que merecen atención prioritaria. Caldas es mucho más que Manizales y su área metropolitana. 
En mi opinión, “Manizales Cómo Vamos”, al igual que otras iniciativas similares en otras ciudades del país son un aporte valioso a la deliberación ciudadana para el seguimiento crítico de las políticas públicas. Sin embargo, creo que hay que hacer el mismo esfuerzo en el nivel departamental. Sin duda, la Corporación Cívica de Caldas tiene las credenciales y la experiencia para liderar esa iniciativa. Feliz año.