Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Un acto sencillo, muy emotivo, terminó siendo la presentación en sociedad del nuevo modelo Once Caldas que este sábado se estrenó ante su público enfrentando a Patriotas, y que seguidamente tendrá pruebas de fuego contra Cali y Medellín.
Se tuvieron en la cuenta detalles de acercamiento con el público, la prensa, las autoridades y la empresa privada, intentando conjugar sus intereses como factores determinantes para la estructuración de un proyecto urgido de resultados.
Si bien quedaron faltando jugadores, y en la lista de 25 se incluyeron algunos con pocos méritos para permanecer, es lo que lo que hay, y serán ellos los responsables de responder a esa confianza y devolver el protagonismo perdido en las ligas recientes.
Las últimas incorporaciones, Monsalve y Caicedo, dan talla y ofrecen alternativa en una zona con graves problemas porque Nazarit es un chico en formación, y ha carecido de un acompañante que lo blinde y lo haga crecer teniendo un inmenso futuro.
Dávinson Monsalve es un central veterano que en ocasiones se ha dejado tentar por las veleidades de la vida, y Edward Caicedo es un prospecto valorado, tanto así que era una de las fórmulas del Cali para remplazar a Germán Mera.
La otra faceta, la ofensiva, fue encomendada a foráneos con antecedentes, Farías goleador en Venezuela y Alvarez artillero en Paraguay, más Sergio López recomendado por el propio Maturana, hechos que de por sí alientan una esperanza.
Hay mucha fe en Ortega, sigo pensando que Cardona requiere oportunidades, y que es necesario fortalecer la línea del medio campo donde la recuperación no es punto alto, y desde donde debe partir el principio de posesión de pelota, otro asunto en deuda.
Por supuesto que todo se logrará con tiempo y repeticiones, y con una adecuada selección de los titulares, sabiendo que Pacho es de esos técnicos con un plantel base, no amigo de las rotaciones, porque las señales indican que tampoco es que haya una supernómina.
Consultado Tulio Mario Castrillón sobre esa figura de asesoría en cabeza de De La Cuesta y Pezutti, la idea -aparte de la colaboración en lo deportivo- es moldear una organización con sólidos departamentos en todas las áreas, parecida al Atlético Nacional.
Y quien mejor que el expresidente de ese club por su experiencia y gestión ampliamente reconocidas, con el añadido de que se refuerza con gente de fútbol que ha sido otra de esas falencias cuestionadas de esta administración.
Falta, y mucho, pero se va en dirección correcta, en espera de que el rendimiento, las cifras y la exposición en el campo entren en sintonía para la construcción de ese sueño publicitado y que es caballito de batalla sobre la frase recuperar la grandeza.
Es el deseo general y para alcanzarlo es clave un equipo confiable en la cancha, que poco se ha visto en las primeras muestras, demandando trabajo a tope del cuerpo técnico, lectura para cambiar el curso de los partidos, y motivación y entrega por parte de los futbolistas.
Que esa ceremonia en Termales el Otoño, donde se notaron los rostros ansiosos de los aficionados, los coros de Holocausto, el compromiso de los gobiernos regionales y el sello propositivo de los dueños, sea el punto de partida para reparar esta historia Sería algo grandioso porque no es únicamente el Once Caldas, es una ciudad, una comunidad, y como se ha dicho siempre, estar arriba nos beneficia a todos porque solo los mediocres se alimentan con carroña.
Hasta la próxima..
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