Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Nos llenó tanto de ilusión el arranque del Once Caldas que la derrota ante Envigado fue un duro golpe por lo decepcionante, porque se volvió a lo mismo, y porque no se notaron la mano del técnico, ni la actitud de los jugadores.
Generar expectativa para salir con semejante papelón, no es bueno, cuando se supone que hay nuevos aires, con un grupo motivado que busca estabilizar rendimiento, y con elementos adicionales que elevan la credibilidad.
Porque se tiene con qué es válido el reclamo, y el fútbol es de momentos, resultando extraña tan deslucida actuación cuando precisamente en esta columna hace 8 días exaltaba las formas y los gestos del modelo Bodhert.
No porque se haya perdido; fue la manera, y se cayó feo ante un rival discreto, directo, y sin mostrar nada. Un Once Caldas muy diferente al ordenado, agresivo y con amor propio que brilló en las primeras jornadas.
Mal por las bandas donde Vanegas nunca pasó, luciendo torpe, y Sinisterra que se pellizque, demasiado tímido, sin atrevimiento, tirado al medio cuando debe encarar para ganar en velocidad y producir sensaciones arriba.
López -como en la era Maturana- intrascendente y equivocado en los pases, Farías aislado, igual que antes, y solo Yesús Cabrera intentó algo distinto porque las variantes -Amaya, Luna- tampoco aportaron soluciones.
Si la idea es regalar la iniciativa, hay que plantear el juego como se hizo frente al Pasto, recuperando lejos del arco y con desdoblamiento rápido. En el Polideportivo Sur se fueron
un blanco, con alta dosis del semestre pasado.
Y eso causa terror, de ahí el llamado de atención porque no hay plazos, el plantel no puede bajar el ánimo ni desentenderse porque los intereses son cuantiosos, y la confianza en el entrenador y el equipo no permiten esas licencias.
Van cuatro jornadas con un balance positivo en números, y alguien dirá que simplemente fue una floja presentación -que ojala así haya sido- pero es que llevamos tiempo en lo mismo que asusta pensar que se pueda repetir.
El calendario ha sido benéfico, luego vendrán rivales de mayor categoría, y por eso hay que sacarle provecho, como debe suceder esta tarde contra un Huila sin refuerzos y candidato firme a perder la categoría.
En lo deportivo se ha ido regularizando el trabajo en defensa, Perea y Nazarit siguen sumando minutos como centrales, pero se descarga bastante el juego en Gómez e Hinestroza, laterales predecibles, sin sorpresa.
A Restrepo en ocasiones da la sensación de que le falta compañía, y en ataque lo dicho, hay que ser más contundentes por los costados, encontrar sociedad a la labor de Yesús, y que el circuito ofensivo tenga alternativas.
No puede Bodhert ser conformista, ni quedarse en una sola línea cuando tiene opciones, la titular está por construirse, no hay intocables, y una sana competencia fortalece la disputa por los puestos para los que mejor caminen.
Raro que un club sin estrellas como el Once Caldas tenga la séptima nómina más costosa del país. Algo falla, o los clubes están muy pobres -que no creo- o esté sobrevalorada la contratación aquí con jugadores discretos con salarios millonarios.
P.D. Que por favor nos cuenten algo bueno de Felipe Paniagua en la gerencia deportiva, aparte de denuncias, críticas y cero resultados, pues lo sostienen sin gestión, sin siquiera ser hincha del Once Caldas, y a sabiendas de que es un negociante del fútbol.
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