Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Manizales
Sin apellido se quedó el estadio, y seguirá siendo Palogrande, después de que el Alcalde Octavio Cardona retirara del Concejo la proposición de anexarle el nombre de Javier Giraldo Neira.
Aunque el gran hombre de medios se merece todos los honores en donde reinó por 50 años como voz cantante de los aconteceres deportivos, no parecía el escenario propicio.
La división de opiniones tornaba improcedente la medida, que no significa pasar por alto la memoria de quien fue el comunicador más influyente de Manizales en su historia.
Es más, si se hubiese adoptado, creo que con los años se iría perdiendo el Javier Giraldo Neira porque nuevas generaciones -que no lo conocieron- se encargarían de ignorarlo sistemáticamente.
Para no caer en el terreno de la injusticia, es necesario buscar ya mismo alternativas para rendirle culto a quien -sin duda- marcó época como periodista, personaje y ciudadano.
Javier fue Manizales, como Luz Marina, ‘Pecoso´, ‘Mecato’, el ‘Loco’ Darío, ‘Caín’, Oxfaro, o tantos otros que con solo mencionarlos identifican el terruño.
El Palogrande es campo sagrado, el Once Caldas inscribió sobre su césped la más bella página aquel 1 de julio de 2004, en lo que representa el mayor orgullo de nuestra raza. Ese título de Copa libertadores hizo que retumbara en toda América -y parte del planeta- y que el estadio Palogrande sea signo de convocatoria como símbolo de ciudad.
Con extrañeza observamos que en las afueras no hay una sola señal que perpetúe el hecho de que el Once Caldas ahí fue campeón del torneo de clubes más importante del continente.
Vuelvo y propongo que en la portada, donde dice Estadio Palogrande, le pongan ‘La casa del campeón de América 2004´. ¡Qué lindo sería! y atractivo para propios y extraños.
Es común ver en período de vacaciones a cientos de turistas que llegan al sector para visitar la imponente obra que tras 25 años de construida fue cómplice también de 3 títulos nacionales, y varias finales.
Por eso considero que el más hermoso reconocimiento a la memoria de Javier sería un busto suyo en la entrada principal con placa conmemorativa, y que el palco de prensa lleve su nombre por siempre.
El concejal Diego Espinosa en su intervención indicó que en los comienzos el estadio fue llamado El Centenario, y que antes de Palogrande fue Fernando Londoño Londoño. Lo hizo en el marco de un foro citado por Rafael Torregrosa, con baja asistencia y solo 3 concejales -el otro era Jorge Betancur- en el que se debatió la conveniencia de la ponencia inicial.
Esto fue previo a la plenaria, en donde se supo del pedido de retirar la propuesta, y en el que se plantearon posiciones a favor y en contra -sin que hubiese unanimidad- razón de más para entender el acierto del Alcalde en abandonar la idea.
Igualmente hubo exposición de Martín Ramírez -secretario del deporte- quien evocó a los dirigentes locales que inspiraron los nombres de los coliseos Ramón Marín Vargas y Jorge Arango Uribe.
Aparte de que esos escenarios requieren modernización, ahí si pienso que sería bueno cambiarles la denominación por algunos genéricos impactantes, o de deportista lustrosos de la región.
Y que la cancha de la Baja Suiza lleve el nombre de Elkin Soto, el futbolista más importante de Manizales en todos los tiempos. Homenajes en vida.
Hasta la próxima...
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