Comenzando el primer semestre fueron 3 victorias en línea, ya van 2 en la liga actual, y esta tarde contra Pasto la posibilidad de llegar a 9 puntos, repitiendo la historia.
Rival en crisis, perdedor en las 2 fechas iniciales -no menos difícil- con un plantel cargado de futbolistas reconocidos, curtidos, discutible en calidad.
De la mano de Flabio Torres, siempre contra las cuerdas porque allá hay intolerancia directiva, poco aplomo en las decisiones, y el menú preferido es cambiar plantilla cada tanto.
Sin Ricardo Steer -2 goles en 2 juegos- afectado por un edema, proyectando la opción para David Lemos, atacante con buena prensa sin muchas oportunidades.
Asunto preocupante porque se añaden Vanegas, Amaya, Restrepo e Hinestroza -sin minutos hasta el momento- por lesiones de distinto tipo en los albores del torneo.
Fueron 24 los inscritos en Dimayor, dejando una plaza supuestamente para un portero si Cuadrado llegase a salir, y en detrimento de ese delantero goleador que se sigue necesitando.
Quizá Yorley Mena no sea el gran definidor que se buscaba, pero agregaba en un puesto donde la emergencia es un tiro al aire con hombres de escaso recorrido.
En el entendido -además- de que no habrá una alternativa diferente, ni interesante, cuando se abra el libro para jugadores sin contrato.
Y la realidad indica un Once Caldas con 11 titulares de buen nivel y 3 o 4 relevantes, y una patota que no garantiza estabilidad ni el mismo producido de los principales.
Ojalá no pese en el desarrollo de un certamen programado para 4 meses -con Copa de por medio- a sabiendas de que hay factores adicionales como suspensiones o bajo rendimiento.
De allí, la ventaja de sumar, recordando que en el reciente pasado hubo 4 jornadas cuando los grandes eran los opositores con derrotas consecutivas del Once Caldas.
Que no debe volver a suceder, encarrilando los propósitos hacia un protagonismo normal en sus tareas, y rumbo a una participación internacional que podría ser vía reclasificación.
Tendrá Bodhert que solventar las vicisitudes, con el riesgo que implican en el intento de preservar la categoría de un equipo que ya mostró cosas positivas.
Como el mérito de recuperarse pronto, evidenciado ante Bucaramanga, remontando 4 minutos después de la igualada, en un juego sin discusión porque fue más en el campo.
No le llegaron tanto, y ese principio alegra porque llevaba tiempo sacando a Cuadrado como figura rechazando balones, y enmendando los fallos de sus defensores.
Plausible entonces la fortaleza en sectores de control con Peralta-Correa en última zona, y Arias-Rodríguez en línea de salida, más el aporte en sacrificio de Nieto y los laterales.
Se ha ganado en automatismos -como diría Farid Mondragón- y el Once Caldas actual es un cúmulo de lo que pretende su entrenador bajo parámetros de exigencia y eficacia.
Tiene idea de juego, y sobre ella monta su estructura con nombres nuevos que han aportado seguridad y confianza, mismas que no se tuvieron durante el primer semestre, y eso que con limitaciones se metió dentro de los 8.
Un Once Caldas hecho a la medida de Bodhert, que ilusiona porque superó el desinterés post mundial a través de un interesante número de abonados, y que invita a creer.
Aún así hay fantasmas que rondan por determinaciones no asumidas a tiempo, entre ellas no llenar el listado de los 25, pese a tener abierto el cupo de los foráneos.
Hasta la próxima…
Twitter: @macotal
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De allí, la ventaja de sumar, recordando que en el reciente pasado hubo 4 jornadas cuando los grandes eran los opositores con derrotas consecutivas del Once Caldas.
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