Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Independiente de quién gane el torneo queda la enseñanza de que aparte de un buen plantel es necesario un técnico competente, y eso lo han demostrado Millonarios y Santa fe, rivales ésta noche por la estrella del semestre.
Con un grupo sin figuras, aplicado tácticamente -alcanzándole inclusive para promover juveniles- Miguel Ángel Russo afinó una orquesta con pocos instrumentos, y es el sello azul de una campaña que los tiene cerca de la 15.
En la otra vereda, Gregorio Pérez montó un equipo serio, práctico, sólido en defensa, con fútbol aéreo y contragolpeador, y va por la décima Roja sin depender de las genialidades de Ómar Pérez como era costumbre.
Sea cual fuere el campeón, dejará en claro la importancia de los entrenadores -ambos cargados de experiencia gusten o no sus propuestas- permitiendo la evaluación a partir de la evidencia de los
resultados.
El Once Caldas, que ha fracasado en ese ítem de manera recurrente, le entregó a Hubert Bodhert -joven y sin recorrido por instituciones con tradición- la responsabilidad en otro de esos momentos críticos de su existencia.
La ubicación en zona roja de descenso, la escasez de jugadores de categoría y la urgencia de hallar identidad, son bomba de tiempo, y no solo hay que correr con las horas sino encontrar rápido una idea de juego.
Varios lo han intentado fracasando en el empeño, lo que ha acortado el margen de error, poniendo a Bodhert en plan de emergencia y al club en la obligación de darle las armas porque la artillería es insuficiente.
Y surge la pregunta, y ojo que no me disgusta ese nombre, pero las estadísticas indican que Ray Vanegas solo jugó 2 partidos completos con Jaguares, y en las últimas fechas nunca fue inicialista y entraba muy al final.
Curioso que haya sido el primero en quien se fijó el nuevo estratega, que si hubiese pensado en Darwin López, Ricardo Steer o Pablo Rojas -los dueños del ataque en el conjunto de Montería- habría sido más coherente.
Insisto en que puede ser un delantero útil, simplemente refiero sus antecedentes, y ojala encuentre el refugio para brillar en una plaza donde triunfan los que ponen el alma, falencia notoria el semestre pasado, y los anteriores.
Por eso cuidado Bodhert con echar atrás las medidas con relación a quienes fueron separados de la plantilla porque ahí no había nada, a muchos les faltó compromiso y respeto por la casaca, y a otros, calidad técnica. No olvide que fueron coleros del año.
Tampoco digo que por suplentes no sirvan, es más sugeriría nombres como Cristián Rivera y Álex Castro -refundidos en el Cali- Canchimbo del Pasto, Albornoz del Tolima, Mosquera de Nacional, Duarte del Huila, Fernández del Tuluá o Buitrago de Santa fe.
Listado que deben tener los asistentes del Once Caldas -hablo de Duque, Henao y compañía- y el propio Bodhert, para que no se siga dando que solo lleguen los recomendados por empresarios con el visto bueno (¿?) de Paniagua.
Porque las pifias monumentales en materia de contrataciones obligan a cambiar de estrategia, saber quiénes son, su pasado, su capacidad de adaptación, su mentalidad, sus ambiciones, y por supuesto, sus condiciones naturales.
En fin, hay que acertar, y es el principio de los técnicos, que los hay capaces de producir resultados con plantillas brillantes (Osorio) y ganadores con nóminas sin lujos (Russo).
Bodhert tendrá que ingeniárselas y demostrar que lo de Jaguares no fue casualidad.
Hasta la próxima…
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