Mario César Otálvaro

LA PATRIA | MANIZALES

Con el equipo que no pierde -el de los titulares- Once Caldas intentará levantar el trofeo de Copa Águila el próximo jueves en el Atanasio Girardot.

Lo hará frente a un Nacional que parece haber superado la crisis, que se llevó un buen empate de Manizales, y que sin duda, es el rival más pesado que pueda encontrar.

Esquemas similares 4-1-4-1, disimiles conformaciones porque uno a uno -exceptuando el portero- por costo, condición técnica y recorrido, tienen como marcar diferencia.

Sin ventaja, porque en el marcador no la hubo, aunque tendrán al público de su lado -no juega- constituyéndose en verdadera final dado que el que gane sera el campeón.

En caso de paridad, definición por penaltis, recordando que contra Santa Fe en Palogrande fueron 6 magníficas ejecuciones con las que se selló el paso a la semifinal.

Un partido que no se puede perder ¡es todo! y con el plantel principal esa ha sido la constante durante el semestre, lo que genera cierto grado de seguridad y esperanza.

Por fuera venció a Jaguares y Huila e igualó con Medellín, Millonarios, Pasto y Equidad, y en casa pasó sobre Cali, Junior, Santa Fe, Bucaramanga, Envigado, Huila y Chicó.

Es decir, cero derrotas, y obsérvese que en el camino chocó con cuadros de categoría, dejando en muchos casos -cuando repartió puntos- la sensación de merecer el triunfo.

De allí el apelativo de conjunto confiable, por su idea de juego -excelentemente desarrollada- su capacidad en el campo, y el talante y el temple de sus integrantes.

Con el equipo que no gana -el de los suplentes- se cedieron 8 puntos de 9, y de estar metido de lleno en Copa, al estrecharse el margen puso a reclamar la misma atención en Liga.

Ubicados en su totalidad -craso error- los emergentes cayeron frente a Rionegro y Patriotas -únicas 2 derrotas- e hicieron tablas sin goles con el débil Leones.

Bodhert creyó tener más de lo que hay, la euforia del resultado y la tabla lo llevaron a una posición insana -suficiencia o inexperiencia- y aplazó una clasificación que tendría resuelta.

Una apuesta que no salió, un riesgo excesivo no cuantificado por los números que exhibía, y la urgencia de cuadrar caja cuando la tarea estaba prácticamente hecha.

Ahora la responsabilidad vuelve y se le endosa a los mayores, obligados a recomponer sobre esos estándares altos de rendimiento con los que han soportado la temporada.

Bonito cultivo que no puede marchitarse al florecer, y me refiero al trabajo de técnico y jugadores, demasiado brillantes durante el certamen para no conseguir premio.

Y sobre esas raíces tiene con qué aspirar en Liga, sin ensayos, con la nómina que corresponde, y ese orden y dispositivo característicos de un entrenador que impuso su estilo y que ha tenido que saltar matones.

Tanto es así que sin Kevin por lesión, Ray fuera de forma, y Amaya con altibajos, ha hecho maromas para consolidar su 11 en plenas finales de los torneos.

Carbonero y Carreazo, chicos en formación -apurados en ese proceso- son quienes hoy le tienden la mano, en una plantilla que definitivamente resultó corta.

Por eso la opción de título se aferra al esquema, al dibujo táctico establecido, y a la motivación y calidad de sus principales unidades, frente a un opositor con jerarquía, que cuenta con extraordinarias individualidades.

Total son 90 minutos los que separan al Once Caldas de ser campeón, y para serlo tendrá que mostrar solidez y prestancia porque la vuelta será en patio ajeno, donde los verdes ya perdieron 2 copas este año.

Anoche, nuevamente Nacional. Si hubo victoria, nada de inconvenientes; caso contrario, a redoblar esfuerzos -duele decirlo- porque se puede quedar sin la soga y sin el ternero.

P.D. Qué falta de cultura ciudadana. Si uno compra una boleta numerada adquiere un derecho, y se lo tienen que respetar. Qué vergüenza aquellos -muchos entraron con cortesía- que invadieron esas localidades, y se sostuvieron ahí pese al reclamo de sus propietarios. Mucho por aprender.

Hasta la próxima…

Twitter: @macotal

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