Mario César Otálvaro macotal@yahoo.com
Casual que Jaguares -el exequipo de Hubert Bodhert- sea el primer rival del Once Caldas en un campeonato en el que alejarse del descenso y mostrar una cara opuesta a la de los últimos años son metas ineludibles.
Sumar es la premisa -de esa forma desaparecerán los fantasmas- mientras el técnico acelera el armado de una escuadra que partirá casi de cero, obligado a encontrar cuanto antes la idea de juego y una titular respetable.
Del semestre anterior, Cuadrado, López y Farías son excepción, futuro tienen Sinisterra, Nazarit y Moreno, en tanto que Hárrison, Cañaveral, Marimón y Gómez duelen por su calidad, y no deberían ser titulares en concordancia con la pésima campaña.
Un plantel con nombres distintos hará atractiva la propuesta, confiando en la entrega y compromiso de que quienes llegaron, y en la mano dura de Bodhert para controlar tanto brote de indisciplina, y plasmar un verdadero colectivo.
9 contrataciones y 16 despidos demuestran que hubo conciencia para cambiar y esfuerzo por renovar, giro que se traduce en 6 mil y tantos abonados, hinchas que siguen comprometidos, y con le fe intacta en el futuro.
Faltó un volante de marca -en esa zona no hay liderazgo- siendo necesario sincronizar movimientos, ajustar líneas y seleccionar fichas en los demás sectores, particularmente en defensa, a sabiendas de que en creación y ataque se tiene lo mejor.
El calendario impar de la Liga da posibilidad de un partido más en casa -de 19 jornadas, 10 en Palogrande- otro factor a considerar aunque está por recuperar, pues el Once Caldas del reciente pasado pocas alegrías brindó a su tribuna.
Mucho por hacer -con la participación de todos- y el paso al frente lo dieron la Alcaldía a través de Emas y Aguas de Manizales con una aporte de $620 millones, el departamento por intermedio de la Licorera, y la empresa privada que dijo sí.
Este periodista, y consta en los escritos desde que Kenworth de la Montaña asumió el control, es un convencido de las bondades de un accionista de esa naturaleza, fortalecido posteriormente con la presencia de Tulio Mario Castrillón.
Solo ellos sacarán el bote a flote -ni hay quien les compre ni van a vender- y hay indicios positivos acerca de los nuevos propósitos, partiendo de la base de que hay un presidente cada vez más metido en la ciudad, y al pie del equipo.
La ratificación insistente de que el Once Caldas es de Manizales y aquí se queda, las inversiones en materia prima, y las relaciones con el entorno son testimonio fino del ambiente que se está formalizando.
Un lustro de sinsabores por malas decisiones, enfrentamientos gratuitos -sin sentido- con la plaza y sus hinchas, llegarían a su final de buenas maneras como ahora lo pretenden, tanto que piensan en una junta directiva con gente de acá, y ya hubo contactos.
P.D. Son amistosos, y pocas bolas les paro porque los creo útiles para los entrenadores, pero ese 3-0 fue tan feo como el uniforme que usó el equipo. No entiendo por qué si Melgar vistió de oscuro, el Once Caldas no jugó de blanco.
Burdo quien toma esa decisión, sin respeto por la identidad, y la otra -pequeño detalle- en el sorteo de Dimayor el escudo puesto en pantalla solo tenía tres estrellas. Con lo que cuesta lograr una para que la ignoren en un acto pleno de la rectora del fútbol. Insólito
Hasta la próxima…
Twitter: @macotal
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Un plantel con nombres distintos hará atractiva la propuesta, confiando en la entrega y compromiso de que quienes llegaron, y en la mano dura de Bodhert para controlar tanto brote de indisciplina, y plasmar un verdadero colectivo.
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