Mario César Otálvaro 

LA PATRIA | Bogotá

La organización Oxfam Internacional -que anualmente mide los flujos de capital- reveló que es tal la concentración de riqueza en 2017 que solo 8 personas en el mundo poseen lo mismo que 3 mil 600 millones de pesos, la mitad más pobre de la humanidad.

En el fútbol es parecido, Real Madrid, Barcelona, Bayern Múnich, Manchester, Chelsea, Juventus, PSG y otros pocos reúnen los mejores jugadores y avasallan sus ligas, como está pasando a menor escala con Atlético Nacional en Colombia.

Fenómeno vivido también en la época del ‘Dorado’ cuando reinaba Millonarios de Alfonso Sénior, o en los setentas con Cali de Álex Gorayeb y Carlos Bilardo, antes de que irrumpieron los dineros del narcotráfico que mandaron hasta finales de siglo.

Comenzando este milenio no hubo equipo dominante, y en ese terreno el Once Caldas, un cuadro de provincia y sin fuerte respaldo económico, se convirtió en el más ganador y brillante, marcando páginas de lujo que lo llevaron a tocar el cielo.

Disputas internas, administraciones fallidas, dirigentes inescrupulosos y falta de visión lo condujeron inexplicablemente de la gloria a la quiebra, forzando más adelante su venta en cifras irrisorias no acordes con ese fulgurante despertar.

La presente década no deja dudas sobre la hegemonía de Atlético Nacional -estrella 16 y campeón de Liga por novena vez en 31 torneos cortos- con un presupuesto de 70 mil millones de pesos para este año bajo la sombra protectora de Ardila Lule.

Esa suma equivale a los recursos de 9 clubes que juegan la Liga, y dobla los números de Millonarios, Santa Fe, América, Cali y Junior -con promedio de 30 mil millones c/u- mientras éstos a su vez doblan al resto que oscilan entre 3 y 15 mil millones de pesos.

En cuanto a marcas y público igual contraste porque los primeros son patrocinados por multinacionales y tienen caudal de seguidores en los estadios, en tanto que los otros cuentan con alcaldías, gobernaciones, licoreras, empresas locales, y bajas taquillas.

Financieramente el Once Caldas lejos de emular al campeón, pero está bien sustentado por Kenworth y sus inversionistas, urgiendo del apoyo de toda nuestra gente y forzado a plantear alternativas varias que lo hagan competitivo.

Entre otras un juicioso y serio proceso gerencial en el que confluyan responsabilidad directiva, conocimiento, habilidad, sapiencia técnica, pundonor deportivo, respaldo cívico-empresarial, y muchos hinchas en los partidos del Palogrande.

Aquí el sistema del campeonato abre posibilidades más allá de las diferencias planteadas en este escrito, sacando provecho de las irregularidades, descuidos, deslices y tropezones de los favoritos para intentar una campaña digna y exitosa.

Pero es necesario un plantel apto, idóneo, ya que un principio básico del fútbol indica que lo más importante son los jugadores, y la verdad es que a este Once Caldas le están faltando por lo menos 2 o 3 nombres de categoría.

Y preocupa el silencio de los asesores, la pasividad, la falta de noticias -ya ni se las inventan- porque de no concretarlos se resentirá el impulso aplaudido y festejado que significó la vinculación de un técnico mundialista como Francisco Maturana.

Además hay que motivar la venta de abonos y con Pacho no basta porque no juega, se espera una nómina confiable distinta a la del semestre anterior, que invite a ese compromiso ciudadano tan reclamado por los propietarios de la institución.

P.D. Gran idea el ‘plan padrino’ para que residentes fuera de Manizales colaboren con el Once Caldas y lo hagan con obra social, pues el abono comprado será entregado a un niño de la Fundación Club activo 20-30 a cambio de otros beneficios. Hagámoslo, vale la pena.

Hasta la próxima…

Twitter: @macotal

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Además hay que motivar la venta de abonos y con Pacho no basta porque no juega, se espera una nómina confiable distinta a la del semestre anterior, que invite a ese compromiso ciudadano tan reclamado por los propietarios de la institución.