Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Manizales
Construir ganando es lo ideal, dicen los técnicos, y el Once Caldas -con mucho por hacer- arrancó sumando en liga, y nada menos que contra Nacional y Millonarios.
Cuatro puntos de seis es un excelente botín para un equipo en transición, que aún no halla las fórmulas ofensivas que tuvo en el pasado, ni rendimiento alto en los refuerzos.
Únicamente el paraguayo Gerardo Ortiz, sobresaliente en ambos juegos, lo que es bueno porque hay remplazo para Cuadrado, y malo porque no venía sucediendo.
Al Once Caldas del semestre anterior le llegaban poco, había filtro con Diego Arias, y el protagonismo se lo robaban los de adelante, y ese equilibrio todavía está faltando.
Ofensivamente los circuitos están desconectados, la tendencia es ir siempre por el centro, y las bandas no son fuertes por más que lo intente con la salida de los laterales.
Amén que Millonarios -por ejemplo- planteó un esquema con apertura de campo, solidez en el medio y líneas juntas, que lo tornó impenetrable, con intensidad en la propuesta.
No en vano se notó más como conjunto -principalmente en la primera etapa- en la que estrelló sus ilusiones contra el golero debutante en la plaza manizaleña.
Ante un frío y sorprendido Once Caldas que mejoró en el complemento pero que igual sigue sin crear opciones, al punto de que en dos contiendas solo registra tres disparos al arco.
Uno de ellos finalizado por Carreazo ¡de cabeza! para un triunfo importante que llena de confianza al grupo, y motiva, cuando la realidad atropella con muchos juegos encima. Sin manera de respirar, aliviando cargas sobre la marcha y ajustado libretos, a un ritmo ágil y mediático, teniendo que mezclar audacia, conocimientos y celeridad.
Esta tarde la cita es en Ipiales, contra el Pasto, de Alexis García, y luego correría hacia Paraguay por suramericana el jueves frente al desconocido Santaní en Asunción. Vuelve Once Caldas a la brega internacional, lo hace sin despegar todavía, sin derrotas, sin recibir gol, y en una instancia en la que persisten dudas con relación a la formación titular.
Contando con jugadores que deben responder al entrenador que se la jugó por ellos, conscientes de que el tiempo es corto, y escaso el margen para la construcción colectiva.
En un ejercicio simple luego de dos partidos, Kevin-Reina parecieran los llamados a ocupar las bandas por aquello de las sociedades y el complemento que suponen Rodríguez y Nieto.
Restrepo no se ve tan fuerte en marca y no hubo como probar otra alternativa, atrás se mantienen los mismos, y en punta solo han intervenido Darío Rodríguez, sin peso hasta el momento, y un Salcedo biche, con demasiado por aprender.
Son las reglas de la competencia, sobre el andar se adquirirá nivel, el producto maduro se verá en cuatro o cinco jornadas, saludando con beneplácito los resultados iniciales.
Un Once Caldas confiable, eso ha hecho Bodhert con este plantel, que también perderá - como es apenas natural- capaz de sorprender porque tiene filosofía de juego y amor propio.
Muy cerca, pensaría yo, de repetir una actuación como la última, con más herramientas, y un protagonismo que ojala extienda en su regreso a los torneos del continente. Dependiendo por supuesto, y el tema es reiterativo, del aporte, la entrega y el respeto por la camiseta que ofrezcan los nuevos, en su mayoría técnicamente bien dotados.
P.D.: Para valorar lo de Gerardo Ortiz, quien sorprende gratamente, no tiene sentido demeritar a José Fernando Cuadrado, figura seis años en el arco, y otro de esos nombres que quedarán por siempre en la memoria del seguidor blanco. Desagradecidos no, ¡por favor!
Hasta la próxima...
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