Manizales es seguramente la ciudad más exaltada para una vida tranquila, con todo lo necesario a la mano y por eso, no produce muchas novedades. Esa tranquilidad inherente, como la de una arcadia de la antigua Grecia, induce en nuestro medio a imaginar una población rondando la edad pensional, mezclada con la fortuna económica de unos tantos. Una vida bucólica propia para la universidad como gran esfuerzo y dejar el producir al flujo natural de los acontecimientos. Es realmente un paraíso envidiable del cual hacen gala. Con el cerebro también aquietado, les importa un bledo el desarrollo y la competencia regional.
Y no es que no produzcan hormonas, adrenalinas. Estas llegan profusamente consigo al nacer, las mismas de generaciones pasadas, que sí sabían qué hacer con ellas. Estas alcanzan la edad de merecer, tropiezan con la quietud del mar de los sargazos y no tienen otra opción que levantar la cabeza buscando otros lares, principiando por los vecinos.
Pero cuando quien esto escribe se sumergía en la nostalgia, de casualidad encontró en una página de LA PATRIA, un sobreviviente ilustre de la indiferencia reinante, dos noticias balsámicas. Una de ellas, la continuidad de las negociaciones del Aeropuerto del Café, dejando a un lado las súplicas a un presidente de la república que no existe sino para usar el presupuesto, duramente aportado, en decorar diariamente su vanidad personal. Un presidente que no perdona que Caldas no se le hubiera arrodillado en las últimas elecciones presidenciales.
Ese aeropuerto hay que terminarlo a toda costa, y seguramente con estos empresarios chinos, que han llegado a Manizales varias veces con este fin. Con ellos se podría organizar un APP que lo logre. Lógicamente la investigación sobre estos presuntos socios debe haber sido en forma exhaustiva.
Este paso hacia adelante hay que resaltarlo con optimismo, así otra vez se fracase. El éxito de las actividades humanas se centra en insistir, resistir, persistir y nunca, nunca desistir. La gerente del aeropuerto es la doctora Amparo Sánchez, lo mejor que tiene Manizales para afrontar con éxito esta oportunidad. El suscrito tiene la fortuna de conocerla y tratarla.
El aeropuerto es vital para Manizales, como tantas veces se ha dicho, porque Manizales merece un puesto de avanzada en el concierto nacional. Su situación actual es débil por su encierro y las grandes dificultades para su acceso.
Una segunda noticia que impactó al autor de esta columna. La generación de energía eléctrica por parte de Aguas de Manizales. Una empresa bien cuidada con experiencia internacional, cuya gerencia actual es modelo por su visión amplia y novedosa, que en Manizales debe imitar sin recelos.
Aguas de Manizales tiene unas cinco mil hectáreas de bosques naturales, donde nace el agua que abastece la ciudad capital, con un excedente para un plan piloto que genera unos cuarenta y cinco kilovatios. Una primera turbina está en camino. Es importante resaltar esta decisión de diversificar su actividad. Por una parte surtir de agua potable a la ciudad, algo que hace con eficiencia y puntualidad. Y ahora iniciar la producción de energía.
El agua es quizás el elemento fundamental de la creación y esencia para la vida del ser humano. Pero aquí en Colombia significa tragedia. Aprovecharla para la producción de energía, lo que se propone Aguas de Manizales, es loable. Seguramente este proyecto, hoy piloto, se convertirá en una gran empresa con base en recursos naturales. Felicitaciones a su imaginativo gerente.
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