Varios temas están en la agenda cafetera del país. Primero que todo la celebración de los 90 años de la Federación Nacional de Cafeteros el pasado 28 de junio. Desde esta columna reconocemos el papel determinante de la institucionalidad cafetera en el bienestar y desarrollo de la ruralidad en el país. De igual forma, el Primer Foro Mundial de Productores de Café que se llevará a cabo en Medellín del 10 al 12 de julio. Es un escenario ideal para buscar mecanismos ambientales, sociales y económicos que faciliten la sostenibilidad del sector en el largo plazo. Asimismo se reafirma el liderazgo cafetero de Colombia en el contexto mundial. Integrar allí a empresas como Nestlé, Starbucks, Illy entre otras, muestra también la preocupación por el valor agregado y por la manera en cómo mejorar la distribución del ingreso en la cadena de valor del café con un enfoque de corresponsabilidad de todos los actores, tal como lo afirma el gerente de la Federación, Roberto Vélez.
Otro tema que está pendiente es que la Gerencia Comercial de la Federación Nacional de Cafeteros no debe seguir interina. Este es uno de los cargos más importantes para asegurar el posicionamiento y venta de nuestro café en los mercados internacionales, y no es bueno ni sano que no esté alguien con todas las calidades necesarias y en interinidad. A pesar de la exitosa experiencia comercial del actual gerente de la Federación y su gerente administrativo, es clave que la Gerencia Comercial también tenga capacidad de generación de valor propia. Un error histórico sería dejar en manos de la inexperiencia un cargo por el cual han pasado líderes cafeteros como Juan Camilo Restrepo, Juan Lucas Restrepo y el mismo Roberto Vélez. Hay también delatadores de cierta pérdida de austeridad en la Federación, como la comitiva que fue a Budapest a la feria de café especiales, este tipo de brotes como los de la roya hay que evitarlos. Evidentemente estos son escenarios muy importantes para estar presentes, pero ¿quiénes y en qué magnitud?
La austeridad y responsabilidad del gasto gana mayor importancia ante un posible aumento en la Contribución Cafetera. Si bien es cierto que es necesario un ajuste a este impuesto parafiscal, las ideas que rondan sobre la modificación de la contribución cafetera hay que analizarlas con cuidado. Con una producción de 14 millones de sacos, aunque este año cayendo un poco, y con ingresos superiores a los 300 mil millones de pesos al año, el aumento del impuesto parafiscal plantea preguntas. Por ejemplo, la proporción de este gravamen que se le paga a la Federación por administración del Fondo Nacional del Café no debería aumentar. El Gobierno y el Ministro de Hacienda deben exigirle a la FNC eficiencia y superiores resultados financieros en la operación comercial y de empresas del sector como Almacafé en lugar de incrementarle el ingreso vía contribución.
Finalmente, insistimos que la nueva contribución cafetera debe ser un mecanismo flexible, contracíclica, ligada al precio y no a la cantidad exportada. La experiencia ha mostrado que la actual contribución de 6 centavos por libra exportada puede ser insuficiente en escenarios de baja producción y no permite el ahorro para escenarios de precios deprimidos con lo que terminamos todos los colombianos siempre pagándole los subsidios y las deudas a los cafeteros. Un gremio con 90 años de existencia tiene una gran experiencia acumulada y debe dar frutos de sostenibilidad responsable.
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