La definición del presupuesto de un municipio es un momento muy propicio para que la ciudad y la ciudadanía puedan renovar las metas, prioridades y urgencias. Y en el caso de Manizales, su presupuesto está actualmente en trámite y discusión. Se trata del Proyecto 140. Tiene como ponentes a los concejales Simón Ramírez y Andrés Sierra. Sería muy bueno que la comunidad y las “fuerzas vivas” pudieran opinar sobre su contenido, más allá de los procesos formales de participación.
Es fundamental hacerle un análisis cuidadoso para observar la alineación del presupuesto con el Plan de Desarrollo. El presupuesto es una materia que no debe ser competencia exclusiva de los concejales y la administración, pues tiene incidencia en todos los ciudadanos, pues su dinámica repercute en el desarrollo del municipio.
Comparando el presupuesto de Manizales y Pereira, se observan algunas diferencias que vale la pena anotar. De entrada, la magnitud del presupuesto de Manizales llega en el consolidado del municipio a casi 600 mil millones. Mientras que el de Pereira es de 759 mil millones, es decir, el 26% mayor. De una parte, el porcentaje destinado a inversión en la capital caldense corresponde al 84%, mientras que en la capital risaraldense llega solo al 78,3%. Adicionalmente, es de anotar que en la exposición de motivos del presupuesto de Pereira se tiene una agregación por ejes estratégicos, lo que permite hacerle un seguimiento a los presupuestos de gasto de una manera mucho más temática, que por dependencias como lo agrega el de Manizales. Pereira le está apostando a temas como el de competitividad de manera explícita. En el caso del presupuesto de Manizales se echa de menos este análisis más estratégico, lo mismo que la mención a la ejecución del Plan de Desarrollo. Esta última se convierte en el indicador por excelencia de la efectividad de la administración municipal. 
Un buen aporte que podrían hacer las universidades de la región, si asumieran un liderazgo en el análisis de este tipo de instrumentos, sería cooperando, desde la academia, con luces a la ciudadanía y en particular a los concejales que en últimas les corresponde la aprobación del presupuesto.
Una mayor participación ciudadana en las decisiones claves del Concejo puede fortalecer mucho el libre examen democrático y pluralista, así como afinar el control ciudadano. Puede ser muy beneficioso para el municipio que haya un estudio más agudo del Presupuesto. Siendo los presupuestos la manera de racionalizar la actividad del Estado, pues cumple funciones de redistribución, política económica, planificación y desarrollo, como lo ha dicho la Corte Constitucional, la ciudadanía debe ser mucho más participativa en su trámite.