La generación de empleo, equidad y divisas del gremio cafetero son significativas para el país. Por ello, la crisis que se comienza a observar en el horizonte hay que enfrentarla con decisión, inteligencia y generosidad, por parte del Gobierno Duque. No se trata de una cuenta de cobro por el gran apoyo que tuvo el Presidente como candidato en esta región del país, sino del respaldo a una actividad rural que genera una ciudadanía rural y estabilidad democrática.
Veamos los datos claves a nivel nacional: Producción entre 2012 y 2017 creció el 83%. 2012 fue el año de 7.7 millones de sacos debido a la roya y al envejecimiento del parque cafetero. En 2017 producción fue de 14.2 millones de sacos de 60kg. La productividad pasó de 8.32 sacos de 60kg por hectárea en 2012 a 15.7 en 2017, lo que da una tasa anual de crecimiento compuesto de 49%. La producción de los primeros 7 meses del año ha caído 2% de 7.7 millones a 7.6, es decir, básicamente igual. El diferencial del Café Colombiano con base OIC se mantiene relativamente estable. Mientras que en el 2017 el promedio fue de cerca de 25 centavos por libra, en lo corrido de 2018 el promedio es de 28. El precio promedio del café interno ha caído 16% en lo corrido de 2018. Mientras que el precio internacional ha disminuido el 19% en lo corrido del año de 1.24 dólar por libra a 1.01 dólar por libra.
A su vez, en el campo internacional: La producción mundial se ha mantenido relativamente igual y en el presente año cafetero solo ha disminuido 0.3% alcanzando 158 millones de sacos. La única región del mundo que ha reducido su producción es Sur América cayendo 8% jalonada por Brasil, pero México y Centro América suben 7%. Asia y Oceanía arriba 8%. Las otras regiones han venido ganando terreno y mostraron que pueden soportar la producción en un año malo de Brasil. Así que, si Brasil se recupera el próximo, habrá sobreproducción. Esto ayuda explicar los precios en bolsa. Los precios en los mercados financieros no solo representan el balance de oferta y demanda actual, sino también el esperado para el futuro. Aquí lo interesante en Colombia es que el precio no se ha afectado tanto, el diferencial tampoco porque la producción mundial de Arábicas ha caído 7%, mientras robusta sube 12%.
Así las cosas, la producción ha aumentado, la productividad también el gran factor que ha golpeado a la caficultura nacional son los costos de producción. Analicemos dos puntos fundamentales: 1) Altas productividades demandan alta tecnificación en variedades más productivas y resistentes que a su vez demandan mayor fertilización. Cuyos precios están al alza jalonados por el petróleo. 2) Mano de obra costosa: la falta de automatización en el proceso de recolección de café en Colombia por las condiciones geográficas obliga a hacerlo a mano. Una idea interesante que se podría copiar de la historia brasilera es tener una política de migración. Un programa bien estructurado que prometa ingreso en condiciones dignas, salud y nacionalización,
Otra medida más estructural es la de comenzar el montaje de la robusta que crece a pasos de gigante en el resto del mundo y Colombia la sigue viendo pasar. Un mercado competitivo con menores costos de producción, posibilidad de mecanización y demanda creciente. Mover el café arábico a zonas donde la humedad relativa no demande el lavado y permita secado natural como en Brasil, reduciendo así los costos y además permite mecanizar.
Ahora veamos qué tiene a la mano al corto plazo el Gobierno y el Gremio. Son dos programas que ayudan fuertemente, que es el de crédito para la renovación y competitividad. Para asegurar que el sector continúe invirtiendo, porque de lo contrario, a la vuelta de la esquina se nos vuelve a caer la producción. En estos programas el Gobierno podría ayudar fondeando una buena parte. Por otro lado, no creemos que sea bueno revivir el esquema de Protección al Ingreso Cafetero, PIC, porque es fundamentalmente regresivo (buena parte de su músculo va a proteger a los grandes productores) y al ser fondeado por el Presupuesto Nacional y no por la Contribución Cafetera sería un contrasentido en materia de equidad social.
Ajustes a la Contribución Cafetera se podrían pensar aprovechando la reforma tributaria que el nuevo Gobierno ha anunciado. Para que asegure el ahorro en buenas épocas y que respalde a la caficultura en las épocas de vacas flacas.
La situación cafetera nos vuelve a poner a pensar en lo estructural, que a veces lo dejamos de lado cuando las dificultades pasan, pero que regresan reiteradamente a colocarse al lado del tinto cuando hay problemas.
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