Se acerca el día del maestro. Los profesores y profesoras, que tienen la clave misión de formar a las nuevas generaciones, pasan mucho tiempo con sus estudiantes en clase. ¿Cómo es la vida en este espacio-tiempo? Pues bien estas son diez preguntas que un profesor viejo le hacía a sus compañeros en la universidad, por el calibre de las preguntas pueden ser totalmente ajustadas para el caso de los colegios.
1¿Cuánto tiempo de la clase estoy hablando? Mi meta es no hablar mucho, sino poner muchas preguntas, dejar que los alumnos respondan y poder en diálogo ir definiendo conceptos, aclarando categorías y aplicando a la realidad en casos. Eso sí, la apertura y el cierre los he preparado con cuidado, como en los equipos de música viejos, las dos puntas: la aguja y los parlantes son lo más importante. Abrir y cerrar no se debe dejar al azar ni a la improvisación.
2¿Están participando todos los alumnos? Trato de hacer un paneo completo para que todos los alumnos y alumnas participen en clase. Coloco una pregunta sencilla de inicio para aquellos que son más tímidos o temerosos. Hay que hacer que el ambiente de la clase sea distendido.
3 ¿He renovado el material bibliográfico con artículos recientes, o con nuevos documentos? Trato semestralmente de por lo menos incluir uno o dos artículos nuevos que hagan un barrido del estado del arte lo más actualizado. Busco otros documentos para mostrar aplicaciones, o incorporar nuevos casos de estudio.
4¿Cómo acompaño el tiempo no presencial? La mayor parte del aprendizaje sucede en el tiempo no presencial. Por ello no hay que dejarlos sencillamente a sus aires, pues se pierde una excelente oportunidad de acompañamiento. Por eso hago una guía de las lecturas donde se muestran las bisagras que las unen y señalándoles algunas de importancia especial.
5¿Le he proporcionado una retroalimentación significativa a los alumnos luego de las sesiones? He tomado una costumbre que en cada sesión (por ser de posgrado concentrado son de 6 u 8 horas) me mandan un correo electrónico y a cada uno le hago un parrafito de retroalimentación. Muchos, no todos, lo agradecen sinceramente.
6¿He sido flexible y sensible ante los intereses o necesidades de los alumnos y alumnas? Muchas veces llevo todo preparado y saltan algunos intereses de los alumnos sobre algunos temas, que me exigen cambiar un poco el libreto preparado. En las pedagogías basadas en proyectos que los alumnos plantean le hacen un énfasis muy importante a la pasión del estudiante. A la curiosidad y fuerza creativa que tienen ellos. Consideran que buena parte de los temas los deberían plantear ellos.
7¿Cuando veo algo extraño o que me incomoda, pregunto al estudiante o a los estudiantes? Había un muchacho extremadamente inquieto en clase. Pues bien se ganó un buen regaño, siquiera que lo hice en privado. Pues la realidad era una situación psicológica que lo estaba atormentando. Moraleja: indaga primero por qué ocurre lo que está pasando antes de juzgar.
8¿La evaluación es un proceso? De tiempo atrás se me han presentado muchos casos de alumnos que comienzan mal o regular y terminan muy bien. En el inicio de mi carrera como profesor era muy estricto, cada porcentaje o corte era totalmente independiente. Ahora he visto que si consideramos el curso como un viaje, hay gente que comienza despacio, o que se distrae y pierde la ruta… pero que con el tiempo se organizan y logran llegar a un estado interesante. Pues bien he comenzado a calificar de manera mucho más flexible (siempre y cuando sea para arriba, como se dice en derecho penal, con el principio de la favorabilidad para el estudiante).
9 ¿He invitado a alguien al curso? Con el tiempo uno va conociendo personas muy buenas que tienen especiales capacidades o una experiencia grande. Pues bien, un testimonio de ellos en muchos casos es más impactante para los estudiantes, especialmente cuando se les han dado elementos de juicio y criterios para analizar la realidad. Trato de invitar por lo menos a una persona externa por curso.
10¿Hice la evaluación con los alumnos al final de curso? Es fundamental que le hagan sugerencias. El principal espacio de la hoja que utilizo para el efecto es una que dice: qué le quitaría, qué le dejaría y qué le agregaría a la clase. Lo cualitativo es fundamental. El relato del estudiante es clave para nuestro mejoramiento.
Colombia quiere ser la más educada, lograr esta meta pasa necesariamente por un mejoramiento continuo de la práctica educativa de los maestros.
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