Nuevo código de ética médica
Ha sido aprobado en cuarto debate en el Congreso, el proyecto que reforma la Ley 23 de 1981, sobre Ética Médica en parte incompleta y obsoleta. Las normas anterior y nueva, están estructuradas para la defensa de la sociedad y la protección del ejercicio médico. No es un código para el resguardo a ultranza del médico, éste debe formarse bajo los más rígidos cánones que le indiquen y exijan una absoluta integridad como persona y profesional. Quién recibe el título de médico debe prometer solemnemente ante el Estado, que son todos, que cumplirá con los deberes inherentes a su profesión.
Disminución del aporte para salud
El Congreso aprobó la disminución del 8% del aporte que para la atención en salud hacen mensualmente los pensionados, sin distinciones del monto total de la pensión. Es una cantidad atractiva que viene a cubrir en parte la brecha por la cual las pensiones han perdido su poder adquisitivo.
La inmediata inquietud deberá ser resuelta porque la rebaja en la cotización no debe influir en la calidad del servicio de salud, la cual está severamente cuestionada. Si se va a deteriorar, más de lo que esta, es mejor buscar por otras vías esta compensación. La vejez conlleva naturalmente enfermedad y discapacidad y no debe someterse a los pensionados a riesgos innecesarios. El gobierno debe proceder a hacer los cálculos. Los caminos alternos pueden proteger los derechos de los aportantes. Primero, un país sin corruptos. ¿Vana esperanza?
La estampilla para las universidades
También, se ha aprobado la ley que determina la existencia de una estampilla en Caldas y Risaralda para las tres universidades nacionales en éstos departamentos. Los cálculos indican que podrán recibir 300.000 millones durante los próximos 20 años. Ante este impuesto que pagarán los ciudadanos y las instituciones, se deben hacer planes serios que logren subsanar deficiencias o fortalecer proyectos y programas, para la formación que imparten, o desean ofrecer.
El impuesto aprobado no es suficiente para lograr la equidad. Los aportes para la educación superior son una inversión, nunca un gasto, en el amplio sentido formativo. Los recursos no deben ser dilapidados. Con criterio universitario definiendo prioridades sectorizadas se pueden lograr excelentes resultados.
Casualidad o causalidad
Llega una información que indica que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha definido que una vacuna puede ser responsabilizada de causar lesiones, sin pruebas científicas contundentes obtenidas mediante señales sólidas, específicas y relacionadas.
El análisis del alto tribunal recae en la existencia de una persona sana y sin antecedentes, a quien le aplicaron una vacuna y desarrolló posteriormente una enfermedad que destruye la mielina del Sistema Nervioso Central.
El asunto, altamente polémico deberá resolverse por el camino de la ciencia para resguardar la seguridad del paciente mediante: Primero No Hacer Daño y seguidamente conservar la filosofía de la vacuna. Lo fortuito en medicina es posible pero su probabilidad es mínima.
Escuelas
Se impone un análisis profundo, sin sentimentalismos, sobre la denominación de Escuelas en vez de Programas, dentro de la estructura de las universidades. Es hora de implantar, hay suficientes elementos, el concepto de Escuela en vez de Programa. Algunos creen que las escuelas filosóficas son amplias e impiden la formación de Escuelas. En ello hay una confusión: Deben existir Escuelas sin que se limite el conocimiento universal y el análisis crítico. Las universidades, deben dejar improntas clásicas de formación en sus estudiantes, eso es una Escuela además del concepto administrativo.
Los millones de los congresistas
Los congresistas están contentos porque sus estipendios mensuales han llegado a 30 millones de pesos, sin contar las prestaciones sociales ni las sumas dedicadas a sus asesores ni las arandelas del cargo. Es una afrenta a la cuantía de los salarios mínimos legales mensuales que reciben los ciudadanos del común. Los congresistas podrían ganar más e inclusive llegar a más de 150 millones, siempre y cuando todos, hay excepciones honrosas, estuvieren altamente preparados para la labor legislativa, fueren cumplidos e independientes de otros poderes y absolutamente honestos. El país ganaría miles de millones de veces más de lo pagado.
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