No existe para los seres humanos la absoluta y respaldada libertad para realizar actos frente al Estado o la sociedad, representada en sus instituciones y personas, en cuanto a lo que manda la Constitución, las leyes y las normas que regulan la coexistencia, la cual idealmente debe estar enmarcada dentro de la paz, a la que todos tienen derecho pero que ahora no es plena. ¿Alguna vez ha existido la paz total?
El discurrir mental es ilimitado e incondicional, solo está restringido por las capacidades cerebrales desarrolladas a través del tiempo y por causas naturales acaecidas en forma fortuita o provocada.
El ser humano tiene toda la libertad de acción u omisión, de tal manera que salvo sus consideraciones y prácticas religiosas puede disponer de su cuerpo de la manera que le plazca y en el momento que lo estime. La responsabilidad de las decisiones con su cuerpo no abarca a terceros, cercanos o lejanos, siempre y cuando no haya sido objeto de manipulaciones. 
La ciencia jurídica define la responsabilidad de quienes han vulnerado derechos de otros. 
Ahora bien, de la vida real y actual: Un paciente instruido, con diagnóstico adecuado, como lo exige la ciencia médica, determinó la presencia de un tumor maligno e inició el tratamiento pertinente. Consultó una segunda opinión y le fue recomendado el abandono de la terapia y se le formuló una dieta a base únicamente de verduras por cuatro semanas, seguida por una ingesta exclusiva de guanábana por otras cuatro y terminar con una dieta de jugo de limón, 70 diarios.
El enfermo ha entrado en un estado de aparente desnutrición, pero persiste en mantener la ingesta de la formulación anotada. Conserva su derecho a recibir la terapia específica anticancerosa. En este caso el paciente, consciente, es el responsable de sus acciones contra su vida.
Nadie le puede garantizar que con el tratamiento ortodoxo se aliviará y tendrá una mejor vida, pero las oportunidades serían diferentes. De otro lado, se acepta que existen infinidad de terapias ingeridas, inyectadas o aplicadas, que son recomendadas y aceptadas, siempre y cuando no se abandone la terapia directa contra el tumor.
Se reconoce por infinidad de pacientes lo importante de la disposición mental positiva y la decidida participación espiritual para lograr su curación, o la detención de la actividad tumoral, con la terapia científica.
Existe de la medicina bioreguladora o biomoduladora. El Ministerio de Salud mediante la Resolución 2003 del 2014 reconoce explícitamente la Homeopatía, la Medicina Tradicional China, la Naturopatía, la Ayurveda y la Neuralterapia, al definir sus características y alcance, regula las condiciones del talento humano, la infraestructura, y la dotación de equipos necesarios. 
En Colombia se expenden libremente productos constitutivos de las terapias alternativas, entre los cuales se encuentran los fitoterapéuticos y los suplementos dietéticos. La utilización de ellos es de responsabilidad individual. 
En España se abrió un gran debate hace algunos años y se acaba de reforzar con un estudio a consideración de los Ministerios de Salud y Ciencia-Universidades, sobre las pseudociencias, las cuales tienen un número cada vez mayor de adeptos. Quienes las recomiendan o venden, por distintas estrategias, se hacen responsables por la veracidad anunciada de lo que promueven. 
En ese país, según Javier Salas, el 5,4% de españoles han substituido tratamientos médicos por terapias alternativas, mientras el 14,4% ha utilizado simultáneamente ambos sistemas. En Colombia, el Estado o las entidades académicas, gremiales médicas y sanitarias, están en mora de hacer un estudio similar, haciendo un paréntesis: Tampoco ha sido posible que investiguen la calidad del ejercicio médico. Más aún, han ignorado el tema. La hipótesis colombiana considera que el 80% de los habitantes en algún momento han utilizado terapias seudocientíficas. 
Aunque exista libertad de venta y compra, la publicidad debe ser controlada para evitar engaños a la sociedad. Y, para no desentonar: ¡La infusión caliente y concentrada de valeriana es excelente para amainar el frío!
Finalmente, ¿qué tanto influyen las dificultades del Sistema General de Atención en Salud, en la pérdida de la confianza en la medicina científica?