Desde fines del año pasado comenzaron a mencionar con énfasis que el año 2019 sería electoral. Ha comenzado el calendario y se iniciaron, por ahora, las informaciones sobre las personas aspirantes a los diferentes apoyos tanto sociales como de las colectividades políticas. Muchos buscarán candidaturas fuertes, con una base amplia de electores que los favorezcan en las urnas.
Candidatos a gobernadores y alcaldes se sumarán a quienes aspiran a las asambleas y los concejos. Salvo en Bogotá, los demás candidatos se someterán al veredicto de las urnas en un solo día, el cual es inapelable si no hay demandas por fraude a las normas electorales.
Llegarán las fechas con sus límites para definir los aspirantes a las distintas investiduras departamentales y municipales. 
Aunque ya existen nombres de hombres y mujeres aspirantes, ellos aumentarán sin límite con el tiempo, y otros dejarán atrás sus querencias electorales por motivos que oscilan entre los estrictamente personales y aquellos que con criterio de realidad consideren que sus posibilidades son escasas, a pesar de los esfuerzos que hagan.
Se impone que los ciudadanos comiencen a hacer sus análisis sobre los aspirantes a las candidaturas. Ya hay elementos preliminares que van encauzando al elector a ir definiendo sus querencias o rechazos por los diferentes pretendientes a obtener los avales que le permitirán inscribir su nombre para las elecciones.
Diputados y concejales podrán someterse a la reelección en sus nichos, o podrán cambiar, rotando, entre las colectividades administrativo-políticas en disputa. 
Todo aspirante ha iniciado la comunicación de los motivos por los cuales aspira a ser elegido y a medida que se acerquen las diferentes fechas del calendario electoral hará más anuncios y fortalecerá los que ya enunció.
Aparecerán las listas de acciones y obras a las cuales se comprometen. Pero corresponde al elector evaluar lo que ha realizado el aspirante en sus anteriores labores y proceder por convencimiento. Si se respalda en su conciencia e independencia, nunca estará errado aunque su candidato no resulte electo. 
Es mandatorio y válido obtener información ética sobre la bondad del candidato. Hay ciudadanos, cada vez menos, que siguen sin fórmula de juicio caminos impuestos por sus líderes, unos buenos y otros no. El país debe apartarse de la idea de seguir eligiendo inexpertos en la cosa estatal, por muchas y variadas promesas, miedos y venganzas que se alberguen. Ello sin mencionar las compensaciones por votar, dentro de las cuales el Estado permite unas absurdas que deben ser proscritas.
Temas repetitivos en salud, educación, empleo, convivencia, infraestructura, presupuestos, medio ambiente y, por supuesto, los candidatos se declaran enemigos a ultranza de la corrupción. Sin embargo, el corrupto existe y existirá.
La temática sensible de los aspectos básicos en salud ocupa buen espacio, lamentablemente en el poder se olvidan y a veces actúan contra la salud de los pueblos.
La prestigiosa revista médica inglesa The Lancet acaba de editorializar, enero 12, sobre lo que significó la política y la enfermedad denominada Ébola, altamente letal, en la República Democrática del Congo en las pasadas elecciones presidenciales de diciembre.
Afirma el editorialista que en opinión de muchos congoleños su país tiene problemas más severos que la existencia del Ébola: Violencia general, masacres, pobreza y el hambre convertida en catástrofe, todo es cierto y contundente, cuando las cifras se comparan con el resto del planeta.
Continúa el editorialista: El planteamiento del Estado de postergar para marzo la elección de presidente, después de largo tiempo, en varias provincias en donde el Ébola es endémico y contrarrestar al candidato opositor, es una posición de conflicto entre la salud y la política. Varios analistas informaron que no había razones valederas para posponer las elecciones. 
Colombia no es el Congo, pero los colombianos deben ser exigentes con los balances y las promesas electorales en salud, a campo abierto todo es posible pero la realidad es dramática y el futuro fantasmal. ¡O sino que lo diga una mujer andando la semana anterior con síntomas, luego de un diagnóstico de cáncer hace 5 meses, porque no hay contratos!