¿Quiere usted que Colombia siga por el despeñadero? ¿Quiere que nuestro país siga la senda de Venezuela y que el terrorismo que nos acecha se legalice en el poder? ¿Quiere que se silencie la prensa, se coarte la libertad de expresión, se restrinjan nuestros derechos y terminemos viviendo en la miseria? Es muy fácil: ¡no vote!

Quédese durmiendo el 27 de mayo. Tal vez serán los últimos días que pueda disfrutar del relax y la calidez de su vivienda; después tendrá que levantarse muy temprano para llegar de primero a la fila del supermercado y encontrar algo de comer. Váyase para su finca ese día. Gócela; tal vez sea la última vez que pueda zambullirse en su piscina el día entero, porque vendrán quienes se la expropien y se adueñen de ella. Si es empresario y tiene sus inversiones en Colombia, haga un inventario de sus activos; al menos sabrá cuánto fue lo que el gobierno petrista le quitó y de cuánto capital quedó privado. Si tiene más de un apartamento o casa y vive de sus rentas, váyase despidiendo de ellas; los excesos de sus bienes, conseguidos con su trabajo honesto, serán redistribuidos entre los vagos, perezosos e inútiles que sí madrugarán a votar buscando que la alianza Petro-Farc los mantenga.

Si prefiere quedarse en su casa viendo televisión, aproveche que tiene opciones para variar; en unos días solo podrá sintonizar los canales que el régimen Petro-Farc permitan en su grilla. Es decir, en unos días quedará condenado a sintonizar solo Telesur.

Si es usted de los que no vota con el argumento de que votar es elegir a los mismos ladrones de siempre, tenga en cuenta que esos ladrones están en el poder precisamente porque usted no vota. Y se eternizarán en el poder, precisamente porque usted le da la espalda a la realidad democrática que aún lo cobija. Y cada día obtendrán más poder, precisamente porque usted, con su indiferencia, deja que otros tomen sus decisiones.

Si es usted de los que no vota porque las encuestas ya dieron como ganador a Duque y Petro se está estancando, tenga en cuenta que esas encuestas no son confiables del todo; que esas encuestas son el reflejo de un momento incierto; que son simplemente una foto de un instante que puede variar radicalmente. Tenga en cuenta que aunque es absolutamente cierto que Petro le está haciendo la campaña a Duque con su polarización, su soberbia, su cinismo, su prepotencia y sus malas maneras, cuenta con unos aliados inmensamente millonarios y despiadados, y con un Gobierno nacional que hará hasta lo imposible por imponernos el mandato fariano.
Sí. Es fácil acabar con el país mediante el abstencionismo. Porque cada voto que usted deja de depositar se convierte en un multiplicador en la cuenta de Petro-Farc; cada abstención significa el fortalecimiento de los terroristas, que con el tiempo han incrementado su poder en todas las esferas del Estado. Su indiferencia es la base de los enemigos de Colombia.

Repito: ¡No vote! Y verá como su país se destruye, como Colombia se convierte en un país miserable y como tendremos que salir a buscar refugio en otras latitudes. ¡No vote! Y asuma su responsabilidad en silencio porque no tendrá autoridad para reclamar, ni derecho a exigir un país diferente a ese que usted le ha entregado a los terroristas.
Pero si la decisión es la de tomar las riendas de su país: inscriba su cédula, vote, manifieste su voluntad en las urnas, luche para evitar que se nos imponga el régimen comunista que nos amenaza, y celebre un triunfo arrollador en primera vuelta. Porque no podemos darnos el lujo de prolongar el debate electoral hasta la segunda vuelta ya que, adicional al tiempo y los costos que se pierden en campaña, corremos el riesgo de que el descaro con el que ha actuado este Gobierno en los últimos comicios se repita y terminemos siendo víctimas de otro fraude electoral.