El día de hoy se tiene prevista una reunión formal entre Timochenko y Santos, de la que muy seguramente saldrán nuevas exigencias y nuevas instrucciones farianas que, como ya es usual, el Presidente acatará con sumisión y le presentará a su vez al Congreso para que sean tramitadas y aprobadas a cambio de mermelada, dádivas y prebendas. Ahora resulta que a las Farc hay que atenderlas como reyes, dentro de un sometimiento público y desvergonzado que se da en medio de amenazas, extorsiones y condicionamientos de terror.
Lo habíamos advertido: las Farc nunca podrán aceptar la institucionalidad contra la que han atentado durante decenios; y nunca podrán actuar bajo los parámetros de una Constitución que han violado sistemáticamente. Y aunque se suponía que con la entrada en vigencia de la firma de los acuerdos, las Farc quedaban inmediatamente sometidas a las normas constitucionales, hoy vemos que están dispuestas a aceptar solo las que les conviene y las que, producto de los trámites acelerados en el Congreso, han acomodado para su beneficio.
Es decir, lo que en la práctica vemos que ha pasado con la farsa de La Habana, es la institucionalización de la anarquía y la legalización de las actuaciones terroristas. Porque seguimos en conflicto contra las mal llamadas disidencias, que no son más que el brazo armado de las Farc, pero amparadas por el aparato estatal; el brazo narcoterrorista de siempre, pero ya intocable por disposición del Gobierno; el ala política en vastos territorios nacionales, donde es nula la democracia porque impera solo el poder de los fusiles y de los dineros del narcotráfico.
¿Muy fatalista y exagerado? ¡No! Según la ONU, a la fecha, el 55% de los miembros de las Farc han abandonado las zonas de reincorporación. ¿No será esto una fuga masiva de terroristas de altísima peligrosidad que seguirán delinquiendo en el resto del país? ¿Habrán salido desarmados, cuando sus armas están en depósitos bajo su propia custodia? Los privilegiados y cínicos cabecillas farianos que hoy gozan de exclusivos privilegios, ¿no sabrán dónde se encuentran esos fugados delincuentes? ¿Estarán también en una revisión ecológica al estilo de “El Paisa”? ¡No señores! Las Farc se están reagrupando en una supuesta clandestinidad, mientras sus cabecillas ganan espacios políticos, curules en el Congreso, privilegios legales e impunidad total. Ellos saben que tanto el Gobierno como el Congreso y las Altas Cortes son corruptibles y cuentan con millonarios recursos para nadar en ese mar de pestilencia. Tienen la mesa servida con un menú diseñado por ellos mismos y no admiten que se los cambien. Ellos saben que mientras Santos ocupe la Presidencia serán intocables, reyezuelos y mandamases. ¡Qué tal!
Pero la anarquía no es solo de las Farc. Ahora les dio a destacados dirigentes liberales por desconocer los resultados de su propia consulta, en la cual derrocharon 40 mil millones de pesos de todos los colombianos. Aducen que fue una consulta “ilegal e ilegítima” y que no se someterán a sus resultados. El ridículo que hizo el Partido Liberal con la consulta del domingo pasado, no tiene antecedentes. Quedar en evidencia su pérdida de liderazgo, su debilidad, su minimización social y su reducción de espacio, fue una verdadera catástrofe. Catástrofe que empeora cuando, a pesar de sus millonarios costos, tratan de desconocerla. ¿No cobrarán entonces los más de 1.500 millones de pesos adicionales que les corresponde a cada candidato por concepto de reposición de votos? ¡Qué vergüenza!
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015