Cuando vemos la reacción de Gustavo Petro ante su derrota, y de los petristas que no se resignan a perder en democracia, nos recorren escalofríos por el riesgo que corrimos y que nos maquillaban de “Colombia Humana”.
Durante una larga campaña colmada de agravios, denuestos, ofensas, mentiras, descalificaciones, violencia verbal y agresiones físicas, los colombianos fuimos testigos de las propuestas de Petro, las cuales mutaban conforme se lo exigían las circunstancias. Pasamos de un Petro dictador, a otro que se “sometía” humildemente a nuestra constitución; de un Petro expropiador, a otro respetuoso de la propiedad privada; de un Petro virulento, intolerante y agresivo, a otro que se comprometía a elevar los niveles y controlar los decibeles políticos. Es decir, tuvimos dos candidatos en uno, pero al final, en los últimos días de campaña y después de la derrota, el Petro original, el agresivo, el acostumbrado a irrespetar la institucionalidad, el violento, el instigador de masas, el generador de inconformismos y el creador de resentimientos colectivos afloró para quedarse definitivamente.
Petro prometía una Colombia más incluyente, homogénea y progresista, y logró convencer a millones de ciudadanos desinformados, de que había que arrebatarle la riqueza a la oligarquía para repartirla entre los más pobres, planteamientos amparados en la teoría comunista de darle a cada quien lo que necesita, independientemente de su aporte a la sociedad. Se derramaba en prosa ofreciendo igualdad y generando odios entre las clases sociales, hecho que caló en una juventud muchas veces impulsiva, ignorante, perezosa y facilista. Y, al perder la elecciones, se ha cuidado de no dejar morir esos ímpetus y ha creado un gran movimiento en redes sociales orientado a alimentar el inconformismo y a exacerbar los ánimos de los derrotados por la democracia.
No es raro entonces encontrar a Gustavo Bolívar incitando a la violencia en Facebook; ni a Claudia López acomodando los hechos a su antojo para desinformar y alimentar los odios; ni al mismo Petro en su discurso que debió ser de reconocimiento de su derrota, exponer su gigantesco ego y atreverse a darle órdenes al nuevo presidente como si él fuera llamado a cogobernar; ni a los petristas por todo el país instigando a salir a las calles a tomarse por la fuerza el poder que la democracia le otorgó a Iván Duque. Comprobamos, en últimas, que la tal “Colombia Humana” no es más que la “Colombia visceral y revanchista”. ¡Qué peligro!
Y mientras tanto, vemos al presidente electo en una actitud conciliadora, unificadora, pacifista, garantista y con ánimo de acercamiento con todos los sectores políticos y sociales. Vemos a un nuevo presidente mesurado, aplomado y humilde que, sin aspavientos de poder invita a la reconciliación y a apaciguar los espíritus. Vemos a un estadista con ganas de gobernar para todos y de ejercer un gobierno incluyente. Es decir, vemos al presidente Iván Duque entregando, en la realidad, lo que prometía Petro en la nebulosa. Pero esto no le sirve a él, y mucho menos a los petristas que aspiraban a recibir, sin trabajar, las riquezas de la oligarquía, tal y como se las ofrecían en campaña.
Ya es hora de pasar la página y esperar con ansiedad a que al nuevo gobierno le vaya bien y pueda desarrollar su programa de una manera pacífica y dentro de los cánones constitucionales. Es hora de disponernos a ver los resultados de la política de “El que la hace la paga”, generándonos garantías a todos los colombianos para que se conserve la institucionalidad, y que el Estado nos proteja del terrorismo que quiere entronizarse en las ciudades a través de la instigación, el odio, la incitación a la violencia y las vías de hecho, con las que nos amenazan los perdedores políticos del domingo pasado. La paz la tenemos que construir entre todos y debemos empezar por deponer los ánimos, sin que esto signifique que tengamos que soportar los abusos de quienes acostumbran a utilizar la violencia para lograr a toda costa sus propósitos.
¡Buen viento y buena mar, presidente Iván Duque. El éxito de su gobierno es el éxito de Colombia!
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015